Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos; y le dijeron sus hermanos: Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo. Porque ni aun sus hermanos creían en él. (Juan, 7:5)
No sé si en alguna ocasión nos hemos detenido a pensar que sentiría el Señor Jesús, al ver que no solo sus conciudadanos,(Mateo 13:54-58) sino que sus hermanos, tampoco creían en él.
Pero lo que si se, es que no le frenaron. Que para él, su familia, no fue ningún impedimento para realizar su labor.
Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre. (Mateo,12:46-50)
Porque a menudo es la propia familia (te han comido el coco) la que te frena, cuando quieres dedicar tu tiempo al servicio del Señor, creyendo que te hacen un favor.
Por lo que deberíamos (en caso de duda) fijarnos en Jesús, que sin el apoyo de su familia siguió adelante anunciando el evangelio. Y al tiempo, por la firmeza de su actitud, algunos de sus hermanos creyeron en él, llegando a ser columnas en la Iglesia. (Gálatas 1:19) (Gálatas 2:9) (Judas 1:1)
Así que, si has oído la voz del Señor, que nadie (ni tu familia) te pare. Porque… ¿Quién sabe, si por tu convicción y fidelidad tu familia recibe a Cristo?
Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. (Marcos 10:28-30)
¿PODRIAS PENSAR EN ELLO?
que la enfermedad no te impida dar la gloria a Dios.mira al cielo y di mejor entra sin un pie que no entrar.llevo 51 años enfermo en el cuerpo pero 28 sano en el alma y con un espiritu el de Dios que me hace ver en las pequeñas cosas la grandeza y bendiciones de Dios.gloria a su nombre