El secreto de la paz de Dios.

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses,  4:6-7)

Recomienda el Señor, que para conseguir la paz cuando esta se pierda por causa de alguna preocupación, que nos dirijamos a Él cuándo esta llegue a perturbarnos en demasía. No porque no la conozca, sino que al reconocer que esta “nos ocupa” más allá de lo razonable, necesitamos deshacernos de ella. Un creyente, (según san Pablo) por nada debe estar preocupado, sino confiado siempre en el Señor.

Porque cuando estamos preocupados en exceso, la mente está embotada, no podemos orar, y menos sentir la presencia de Dios.

Por lo tanto, la consecuencia de nuestra sincera confesión al Señor, resultará en la liberación de cualquier preocupación que ocupe toda nuestra mente; y nuestro corazón al igual que nuestros pensamientos, podrán volver a estar bajo el señorío de Cristo.

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.  (Mateo, 11:28)

¿Podrías pensar en ello?

2 comentarios sobre “El secreto de la paz de Dios.

  1. Cuantas gracias doy al Señor por usted pastor Antonio, por comparir este artículo con nosotros los que leemos estos correos. Dios nos conoce y mucho que necesitaba recordar que debo descansar en el Señor. Muy buenos todos sus artículos. Que Dios lo continúe bendiciendo.

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