Una de las cosas que más echaba en cara el Señor Jesús a los religiosos de su época, era el querer aparentar lo que no eran.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello! (Mateo, 23: 23–24)
Porque, según el Señor Jesús, de lo que (antes y ahora) se trata, es que tiene que ir por delante, todo lo que nos identifique como hijos de Dios, como por ejemplo: La justicia, la misericordia, el amor y la fe. Todo lo demás, según el Señor, parece ser secundario.
Dejando además más que claro, que la apariencia para Él, no significaba nada y que lo único importante, era enseñar el verdadero camino de Dios, la sana doctrina.
Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres. (Mateo, 22:16)
Camino, que enseñaba Jesús, para evitar colar mosquitos doctrinales y tragar con camellos que pueden conducir, a quien los traga, a extensos y lejanos páramos espirituales.
Porque el sentido de colar el mosquito, significaba, no dejar pasar ninguna de las pequeñeces doctrinales; sin embargo, al tragar (dejar pasar) el camello, con su considerable tamaño, se permitía una total relajación o desvío doctrinal. Y eso es, lo que no veía, ni ve bien el Señor.
Así que tal vez, deberíamos reconsiderar algunas de las religiosas cosas que nos parecen importantes, y considerar las que si son realmente importantes, a los ojos del Señor.
¿PODRÍAS PENSAR EN ELLO?