…Tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba junto al río; y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy gordas, y pacían en el prado.
Y que tras ellas subían del río otras siete vacas de feo aspecto y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río; y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón. (Génesis, 41:1-4)
Es el vocablo crisis, la palabra más utilizada últimamente en cualquier medio de comunicación, ya sea este escrito o hablado. Incluso en la misma calle ha llegado a ser tan familiar, que ante cualquier situación se aplica; responsabilizándola de todo lo habido y por haber.
Pero, ¿Qué es la crisis o que significa? Pues, resumiéndolo un poco, una crisis viene a ser o significar, un cambio brusco o modificación importante en el desarrollo de algún suceso o proceso, que da lugar a una inestabilidad.
Y si la inestabilidad es económica, esta se convierte en crisis económica, resultando en un periodo severo de escasez; al bajar la producción y comercialización industrial, debido al menor consumo de productos y servicios.
Y prácticamente, aunque en unas partes más que en otras, se está sufriendo una gran crisis económica y social.
Crisis que ha sobrevenido después de unos años de prosperidad y abundancia, durante los cuales y debido a esa abundancia, se ha derrochado hasta límites antes nunca vistos. Estando involucrados en esta crisis no solo individuos, sino también instituciones, tanto políticas como económicas, sociales y religiosas; incluso naciones y continentes.
Se nos inculcaba y con premura a través de los medios de comunicación, a producir más para ganar más, sin importar los medios para conseguirlo; simplemente para gastar y consumir más; estando además encantados de que se nos animase a ello. Parecía, y nunca mejor dicho, que se había perdido el sentido común, llegando a adquirir bienes de consumo o propiedades, más allá de nuestras posibilidades económicas, satisfaciendo el pago de lo adquirido a través de préstamos de todo tipo; hipotecándonos algunos de nosotros de por vida, al habernos comprometido con deudas que muy difícilmente podríamos afrontar. Cayendo en esa vorágine incluso los “creyentes” al no tener en cuenta, lo que al respecto nos dice la Palabra de Dios. (Lucas, 14:28-30)
Compromisos que con toda seguridad de no haber estado “anestesiados” por la sociedad de consumo, no hubiéramos contraído y tal vez no se hubiera llegado a sufrir la actual crisis económica.
Aunque en mi opinión, a la actual crisis económica, que algunos la consideran despiadada, la precedió otra crisis más importante y despiadada: La crisis de valores.
Crisis que muy pocos han denunciado y menos aún los que se han quejado de ella,y los pocos que se han atrevido, han sido tratados injustamente de carcas o retrógrados. Crisis que ha llegado a establecerse entre nosotros y parece ser que de manera permanente, si el Todopoderoso no lo remedia.
Crisis que ha apartado y desechado todo lo que era bueno, a los ojos del Señor, haciendo de lo malo bueno y de lo bueno malo. (Isaías, 5:20) Dándole paso a todo tipo de inmoralidad, y no solo en lo sexual, sino en lo político, en lo económico, en lo social y en lo religioso, al buscar cada uno, a costa de los demás, su propio provecho; pisoteando principios e incluso mintiendo para poder alcanzar todo aquello deseable a los ojos de una mayoría, a costa incluso de provocar un juicio de Dios. (Gálatas, 6:7)
Porque los siete años de hambre que le sobrevinieron a Egipto y a los países de alrededor, (Gén. 41:57) no fueron (en mi opinión) ni más ni menos que un juicio de Dios; (Salmos, 105:16-17) juicio que a la vez sirvió para mostrar su misericordia al declarar lo que tenía previsto hacer (Gén. 41:28-32) y para preservar a su pueblo Israel de la severidad del juicio. (Génesis, 45:7-8)
Porque, ¿Qué hubiera pasado de no haber interpretado correctamente José, el sueño de Faraón?
En mi modesta opinión, creo que Egipto, durante los siete años de abundancia, habrían vendido toneladas y toneladas del trigo excedente, ya que era considerado (Egipto) como granero de naciones. Limitándose sin más preocupaciones, por los ingresos obtenidos, a “echar la casa por la ventana” viviendo a lo grande, día tras día, hasta que llegara el tiempo de las “vacas flacas” y comenzara por la falta de previsión y el despilfarro, la crisis económica.
Pero no fue así, el Señor para que esa situación no se diera, “echó mano” de José, varón íntegro, fiel y honesto que supo interpretar la voluntad de Dios. Varón que también hubiera podido sufrir una crisis de valores, al haber sido vendido como esclavo por sus propios hermanos, y por haber sido acusado injustamente por la esposa de su amo, pero no fue así. Aunque podía tener motivos para ello, se mantuvo firme en lo que creía, al mantener una estrecha relación con el Señor. (Génesis, 39:21-23)
Creo que podemos sacar alguna enseñanza de lo que aconteció en Egipto hace miles de años, porque como muy bien dice el sabio Salomón no hay nada nuevo bajo el sol. (Ecle. 1:9-10)
Porque con toda probabilidad, si no hubiera habido crisis de valores, entendiendo como crisis el habernos apartado de lo establecido por el Señor, (Lev. 26:3-5) la crisis económica no nos hubiera alcanzado nunca, porque la honestidad, la solidaridad, la justicia, el amor, el servicio y la obediencia a Dios, lo hubieran impedido; y el resultado hubiera sido totalmente contrario al que se está viviendo actualmente, y no solo en nuestra nación, sino en toda la tierra.
Estando convencido de que si los valores que encontramos en La Palabra de Dios, dejan de estar en “crisis” a continuación desaparecerán todas las demás crisis, sean las que sean.
Personalmente así lo creo, porque me ciño a esto:
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. (Salmos, 1:1-3)
Y a esto:
Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita.
Bienes y riquezas hay en su casa, y su justicia permanece para siempre. (Salmos, 112:1-3)
Por lo tanto:
Bienaventurado el pueblo que tiene esto; Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová.(Salmos, 144: 15)
Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.
Buenos dias Pastor:
Saludos desde Venezuela.
Contundente y totalmente apegado a la Palabra.
La crisis economica viene despues de la crisis de valores.
El alejamiento del hombre de Dios, provoca todos los demas pesares y Dios, con juicio justo pone las cosas en su sitio. La crisis actual, en su tierra y en la mía, es consecuencia de nuestros propios desaciertos, desenfrenos y desvarios.
Nos toca pararnos en la brecha, como ya muchos estamos haciendo, y clamar por su misericordia, (2 Cronicas 7:14)
Gloria a Dios por su acertado analisis.
Dios lo bendiga.
GENIAL, EXCELENTE, PIENSO EXACTAMENTE COMO TÚ. Pero claro a ti Dios te dio el don de ponerlo por escrito. Para nuestra edificación y deleite. DIOS TE BENDIGA QUERIDO ANTONIO
Has expuesto esto de una forma clara y magistral, de las muchas consecuencias, que acarrea a una sociedad vivir a espaldas de los principios de Dios, me ha bendecido mucho.
Muchas gracias, muchas bendiciones para todo el centrocristianolavila. Manuel.
Muy buen artículo pastor, felicitaciones desde Guayaquil. Realmente la historia de José nos revela principios valiosos para prosperar en nuestro trabajo y crecer como personas.
El ascenso de José fue sorprendente ya que de esclavo y prisionero llegó a ser gobernador del imperio más grande de aquella época. Era el hijo favorito de su padre por lo que sus hermanos lo envidiaban tanto que deseaban matarlo.
Dice la Palabra que cuando Faraón escuchó su historia y su consejo, le dijo que sólo un hombre excepcional e íntegro como él podía asumir la responsabilidad de administrar Egipto y salvarlos del hambre (Génesis 41:37-43). Pasó por muchas pruebas pero nunca se soltó de la mano del Espíritu de Dios, ¡eso es lo asombroso!.
Hay gente que quiere hacernos daño,nos e envidian, nos odian sin motivo, pero nada debe alejarnos del amor de nuestro Padre y de los valores que nos ha enseñado. No debemos permitir que la envidia destruya nuestros sueños.
Sabemos que el Señor exalta a quien obra con rectitud.
Saludos para Anita y que Dios los siga bendiciendo.
Muy bueno este artículo.
Es una realidad que hoy en dia nadie escapa de pronunciar estas palabras: «esto esta cada vez mas malo».
Los politicos tratan de culpar al terrorismo, al bloqueo economico, al imperialismo, alegando que por ellos estamos en crisis; los filósofos se las dan de sabios diciendo que solo basta con seguir las ideas de Marx para lograr mejorar el mundo actual, otros juzgan a Holliwood de invertir millones de dólares en filmes, mientras el hambre azota a millones de niños, principalmente en los paises subdesarrollados, mientras que otro pequeño grupo que la gente tiene por ignorantes grita a los cuatro vientos que la solución esta en Jehová, pero lamentablemente en vez de aceptarlo se burlan.
Un cubano.
Bendiciones, cuan real se ve la crisis de valores humanos en este país de abundancia material. Un abrazo