Setenta veces Siete.

Una de las cosas que más me atrae del apóstol Pedro, es que siempre que se le menciona en la Biblia está hablando o haciendo algo. Era un hombre muy activo e impulsivo, pero con muchas ganas de aprender de Jesús de Nazaret, su maestro.

En esta ocasión, la que nos ocupa, al oír disertar a su maestro sobre el perdón,diciendo… «Por tanto si tu hermano peca contra ti»… (Mateo, 18:15-16) un poco confuso, se dirigió hacia su Maestro y esto es lo que sucedió:

Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
(Mateo, 18:21-22)

Me imagino que Pedro se quedaría sorprendido por la respuesta de su Maestro, ya que él había querido elevar la cota del perdón, a más del doble de lo que se suponía se debía perdonar, ya que generalmente el perdón se limitaba a solo tres ofensas o pecados según creían los sabios de Israel al basarse en el libro del profeta Amós. (Amós, 1:3, 6)  Ya que si Jehová a la cuarta ofensa o pecado, no perdonaba, lo justo era hacer lo mismo. Porque no se podía ser más justo o más misericordioso que el Dios de Israel.

La verdad es, que uno de los pilares más importantes del cristianismo es el perdón. Perdón sin límite ni condiciones, porque el Señor no le dijo a Pedro en esta ocasión, que perdonase cuando su hermano viniese a pedirle perdón, sino que le perdonase y punto, aunque sé muy bien que esto, se podría matizar y mucho, pero no lo vamos a hacer. (Lucas, 17:4)

Lo que en mi opinión quiso darle a entender Jesús a Pedro, es que los hombres solemos establecer “topes” a muchas situaciones y cosas, como: ¿Perdonaré hasta siete veces? Olvidando el continuo perdón que a cada uno de nosotros nos dispensa el Señor.

Además Jesucristo, al decretar que se debía perdonar hasta setenta veces siete, confrontó la maldad venciéndola. (Génesis, 4:24)

La verdad es que nos cuesta perdonar. Porque perdonar, aunque algunos dicen que es olvidar, más bien creo que se trata de no tener en cuenta el daño o la ofensa que nos han hecho. (2ª Cort. 5:17-19)

Y aunque no nos guste, este tema lo dejó muy claro el Señor:

Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.
(Marcos, 11:24-26)

Entendiendo (al menos por mi parte) que cuando se esté clamando (orando) a Dios para que nos conceda alguna petición o por alguna necesidad, si nos viene a la mente alguien con quien mantenemos algún conflicto por alguna ofensa recibida, aunque la razón esté de nuestra parte, debemos arreglar la situación cuanto antes, para que nuestro Padre Celestial, nos conceda lo que le hayamos pedido, al ver que tenemos en cuenta su máxima sobre el perdón, cómo mandamiento suyo que es: Perdonad y seréis perdonados.

El perdón, es ante todo una decisión personal motivada por el deseo de obedecer al Señor en todo, actitud que nos ayuda a seguir manteniendo una relación estable y fluida con Él, además de sanar nuestra alma.

Tal vez, deberíamos tener en cuenta el consejo muy acertado por cierto, de Agustín de Hipona para saber a qué atenernos un poco más, en cuanto el perdón:

“Si un hombre malo te ofende, perdónalo, para que no haya dos hombres malos”

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

4 comentarios sobre “Setenta veces Siete.

  1. Muchas gracias Pastor, CUANTO ME FALTA APRENDER!!!!!!
    Así lo haré y que el Señor me perdone a mi por mi orgullo y soberbia injustificada. AMEN Y AMEN

  2. El Maestro siempre trata de elevar el espíritu de la torá a su máximo nivel para que los que la cumplen no se conformen con su mera observancia, sino que entiendan que en ella Dios ha grabado lo que quiere del hombre para acercarse a Él. Este pasaje me recuerda otro «sed santos, porque yo soy santo» I Pe 1:16

  3. Dios lo bendiga mucho,
    para mi, tremenda la lección de hoy, gracias le doy nuevamente y que Dios le
    bendiga mucho y le de revelación de su palabra para que nos mande sus
    maravillosas enseñanzas.
    Cordialmente Yaritza.

  4. Buenos días Dios lo bendiga, le cuento que sus correos me hacen crecer cada día, ayer le contaba como me sentí cuando recibí el del perdón, le diré que estoy estudiando Homilética en mi Iglesia, me encanta lo disfruto
    y me obliga a prepararme mucho en diferentes temas.

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