Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. (1ª Tim. 4:1-3)
Expone el apóstol Pablo, que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, al haber escuchado y creído mentiras espirituales y doctrinas que son de demonios.
No nos dice, que abandonarán la fe en Jesucristo, para abrazar un nueva fe satanista, malévola y cruel; Sino que se desviarán de la sana doctrina de Jesucristo (solo hay una); a doctrinas de demonios (hay muchas) dentro de la Iglesia de Jesucristo, al igual que fuera de ella.
Se ha escrito mucho sobre estas doctrinas; apuntando algunos, a religiones u opiniones políticas, que están en contra de los matrimonios en claro ataque a la familia, como institución bendecida por Dios; apoyando otro tipo de uniones antinaturales a los ojos del Señor. Otros, a credos, que obligan a sus fieles a no comer cierta clase de alimentos, y a ritos extraños como señal de pureza espiritual, elevándose ellos mismos sobre los demás.
Doctrinas estas que no digo yo que no sean de demonios, pero que existe una doctrina muy especial, que aunque parezca nueva es tan vieja como el mundo; y que al tener algunos quemada o cortada (cauterizada) la conciencia, (en este caso el verdadero conocimiento que se tiene de Dios) como apunta el apóstol, la enseñan y proclaman, como si fuera de Dios, pero no lo es.
Teniendo como principal exponente de la misma, el mismo príncipe de este mundo, así que veamos:
Todo comenzó en el jardín del Edén…
Pero la serpiente era astuta, mas que todos lo animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. (Génesis, 3:1-5)
Es la doctrina demoníaca que más atrae a los hombres, y últimamente de manera muy particular, a muchos creyentes: El querer ser como Dios; Pero no ser como Dios en santidad y amor; (1ª Pedro, 1:16) Sino ser igual a Dios en conocimiento, poder, autoridad y gloria.
Atributos que solo a Dios le corresponden. (Apocalipsis, 7:11-12)
Pues bien, esta doctrina, cada día gana mas adeptos; basándose en textos de libre interpretación, que muy bien y de manera muy elemental se adaptan a dicha enseñanza. Como ejemplo he aquí algunos:
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hijos de Dios. (Juan, 1:12)
Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Jesucristo. (Gálatas, 4:7)
Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. [versi]37 2:8[/versi]
Afirmando que al ser hijos de Dios, como realmente lo somos, tenemos el derecho de disfrutar, aquí y ahora, de todo lo que le pertenece a nuestro Padre celestial; entre otras cosas, la plata y el oro. Anhelando las riquezas y la gloria de este mundo, que no es precisamente, lo que parece ser quiere el Señor para nosotros. (Mateo, 6:19-21) (1ª Juan 2:15)
Además como tenemos claro conocimiento del bien y del mal, debido a nuestra filiación divina, podemos (es lo que se enseña) solo con proclamarlo hacer que las cosas sucedan, al igual que Dios. Dictando preceptos y normas de conducta, que sin darnos cuenta, porque nos agradan y nos parecen buenas, (sabemos el bien y el mal) nos van alejando del único Dios verdadero. (2ª Juan, 1:9)
Todo lo contrario a como vivió y enseñó Jesús de Nazaret, el Unigénito Hijo de Dios, como muy bien sabemos.
Asegurando Las Sagradas Escrituras, que todas estas doctrinas son consecuencia de la relajación y el acomodo, de todos aquellos llamados a predicar la Palabra de Dios, tal como se lo anunció el apóstol Pablo a su discípulo Timoteo que sucedería:
Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a fábulas.
Pero tu sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. (2ª Tim. 4:1-5)
Así que, los que predicamos la Palabra, debemos ser lo suficientemente diligentes en redargüir, reprender y exhortar cuando sea necesario; y con paciencia y dedicación, enseñar la doctrina de Jesucristo, para no darle paso a doctrinas de demonios, que algunos están deseando enseñar, para sembrar confusión. (2ª Cort. 11:14-15)
Teniendo siempre en cuenta, la recomendación que el apóstol Pablo nos hace, para poder rechazar la tentación de querer ser como Dios:
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte en cruz. (Filipenses, 4:5-8)
Que curioso, ¿verdad? El Señor ocupando el lugar de los hombres y los hombres queriendo ocupar el lugar de Dios.
Así que, hermanos, estad firmes y retened la doctrina que habéis aprendido… (2ª Tesa. 2:15)
Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.
Antonio estoy totalmente de acuerdo con lo que expresas en este articulo. Saludos desde Calpe y que el Señor te siga bendiciendo.
Antonio: Espero que el Señor continuará guardandole de los ataques del Enemigo, que querrá impedir que siga adelante en la defensa de la verdad. Oramos por vosotros, y esperamos vernos dentro de pronto. Marc os y MariaMarc