Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión, y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, y con gran espanto, y con señales y con milagros; y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel. (Deut. 26:9)
La leche como todos sabemos, es uno de los alimentos mas equilibrados y completos que existen; imprescindible para la alimentación, nutrición y crecimiento de los mas pequeños. Entendiendo debido a esto, que la leche (en lenguaje bíblico), simboliza que la tierra prometida por Dios, producirá en abundancia todo lo necesario, para que su pueblo no tenga ningún tipo de carencia, ni necesidad.
La miel, además de ser un vigorizante natural muy efectivo, y saludable para conservar en óptimas condiciones nuestro organismo, también suele utilizarse para endulzar y conservar algunos de los productos que consumimos. Dándonos a entender que la miel, y en sentido figurado, representa, que el Señor en esta tierra, va a satisfacer toda necesidad espiritual de su pueblo, al dar gozo al alma y vigor al espíritu, para poder guardar toda la Palabra de Dios.
Así es la tierra de Dios.
Y todos los que se atrevan, (de manera espiritual) a tomar posesión de la parte que les corresponde, porque todos sus hijos tienen parte y herencia en ella; disfrutarán además de la presencia del Padre, de abundancia de pan, de justicia y de paz.
Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado. (Deut. 8:10)
¿Podrías pensar en ello?
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Como necesitamos algunos llegar a poseer y disfrutar de nuestra «parcela» en la tierra de Dios.
Queridos un buen pensamiento,por que nuestro DIOS es infinitamente proveedor para con sus hijos. Amen.