Las últimas palabras que dirigió Jesús a sus discípulos antes de ascender a los cielos fueron:
Id y predicad el evangelio a toda criatura. (Marcos, 16:15)
Durante tres años y medio estos hombres convivieron con Jesús; aprendieron de Él, siendo testigos de todo lo que hacía y decía su Maestro, el Señor Jesús.
Fueron entrenados a tener un comportamiento adecuado, conforme al mensaje del que eran portadores.
Ya que no se acepta el mensaje, si antes no se acepta al mensajero.
Pero a pesar de que había hecho tantas señales, delante de ellos, no creían en él; para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y a quien se ha revelado el brazo del Señor? (Juan, 12:37-38)
Difícilmente podremos ganar almas para el Señor Jesús, si nuestra credibilidad y testimonio deja mucho que desear, teniendo en cuenta que, debemos ser los primeros en creer el mensaje del que somos portadores; poniendo en práctica todas y cada una de las enseñanzas de Nuestro Maestro, antes de darlo conocer a los demás.
De ahí que sea muy importante el testimonio de cada uno y no solamente en la iglesia sino también fuera de ella. (1ª Tim. 3: 1-7)
Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos.
Y les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente bordón; ni alforja, ni pan, ni dinero en el cinto. sino que calzasen sandalias, y no vistiesen dos túnicas.
Y les dijo: Dondequiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de aquel lugar.
Y si en algún lugar no os recibieren ni os oyeren, salid de allí, y sacudid el polvo el polvo que está debajo de vuestros pies, para testimonio de ellos… (Marcos, 6:7-11)
¿PODRÍAS PENSAR EN ELLO ?