La Sal del Mundo

 

La sal, según cualquier diccionario, nos dirá que es una substancia ordinariamente blanca, cristalina, de sabor propio bien señalado, muy soluble al agua, crepitante en el fuego, y que se emplea para sazonar los manjares y conservar las carnes.

Según la Biblia, el Señor Jesús dijo, que nosotros, sus discípulos, somos la sal de la tierra:

Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. (Mateo, 5:13) 

Por lo tanto debemos ser como la sal ordinaria; blanca, cristalina, alegre, que sazone los corazones y conserve la carne, junto con el espíritu.

Si no lo hacemos así, no servimos, ¿y que se hace con la sal mala e insípida?.

Buena es la sal; mas si la sal se hiciere insípida, ¿con se sazonará?
Ni para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos
para oír, oiga.  (Lucas, 14:34-35)     

 

La Gloria sea siempre para nuestro Dios.

 

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