….. Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo, porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. (Rom. 10:8-10)
El cuerpo humano está compuesto por un determinado número de músculos, que son los responsables de que podamos desarrollar debidamente, una serie de actividades físicas, siendo algunas de ellas voluntarias y otras involuntarias o autónomas.
Entre los músculos que desarrollan su labor de una manera voluntaria, es decir que podemos controlar, se encuentra la lengua; el corazón se encuentra entre los que no podemos controlar, es autónomo.
Tanto el corazón como la lengua, son músculos, y según la Palabra de Dios, el uno sirve para recibir y desarrollar la fe, y el otro para compartirla y darla a conocer.
El corazón es el centro de recepción; la lengua, el centro de confesión.
Tanto el uno como el otro, son canales de salvación para el individuo, y deben trabajar en equipo, para que el resultado sea óptimo.
Pero, en ocasiones no es así, cada uno de estos músculos va por distinto camino, y es cuando se produce el desorden y el caos. (Lucas 6:43-45) (Sant. 3:10-12)
¿Podrías pensar en ello?
Cuanta importancia tiene lo que nuestra boca suelta!! Hay que pensar bien de qué està lleno nuestro corazón!! Porque de él depende nuestra salvación y nuetra vida (Prov.4:23).
BENDICIONES
De la abundancia del corazón o sea nuestra mente habla la boca.