Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. (Juan, 1:12)
Es un hecho aceptado por una inmensa mayoría de gente, de que todos somos hijos de Dios. A pesar de que las Escrituras digan todo lo contrario.
Estas, dicen que solo los que reciben y creen en el nombre de Jesucristo, son hechos hijos de Dios.
Debido a que el verbo recibir, (entre otras cosas) implica: Tomar uno lo que le dan o le envían. Admitir dentro de si una cosa a otra. Admitir uno a otro en su compañía.
Y que el verbo creer, significa: Tener por cierta una cosa que el entendimiento no alcanza, o que no está comprobada o demostrada. (También entre otras muchas mas cosas).
Se podría asegurar que, solo pueden llegar a ser hechos hijos de Dios, todos aquellos que aceptan (reciben) al Señor Jesucristo como su Salvador y Señor. Hacen suyas, (creen) todas sus enseñanzas y lo que significa su nombre, (Isaías, 9:6) dejando de lado sus propias puntos de vista y opiniones.
He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. (Mateo, 1:23)
¿Podrías pensar en ello?