Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón. (Salmos, 31:24)
Nos enseñan las Sagradas Escrituras, que el esfuerzo debe ser una característica de todo hijo de Dios.
No siendo físico ni tampoco intelectual, el esfuerzo que de nosotros requiere el Señor, sino espiritual y moral.
Debiendo ir dirigido ese esfuerzo, a resistir los deseos que batallan (luchan) contra el alma. (1ª Pedro, 2:11-12)
Ya que, aunque nos proponemos agradar y servir al Señor, algo en nosotros pretende impedirlo (Rom. 7:22-25) así que, intentamos mantener un equilibrio entre lo que nos gustaría hacer y lo que debemos hacer. Agradando un poco a Dios y otro poco a nuestros deseos. Convenciéndonos a nosotros mismos que con esto, ya hemos cumplido con nuestra parte del compromiso que adquirimos al entregar nuestras vidas al Señor.
De ahí que el Señor nos recuerde que esto no es así, sino que debemos esforzarnos todos los que esperamos en Él, en cumplir el compromiso adquirido.
Teniendo además en cuenta, que todo esfuerzo debe ir acompañado, de la convicción necesaria, animándonos a nosotros mismos y tomando aliento, para impulsarnos a cumplir con la palabra dada al Señor.
¿Podrías pensar en ello?
Bendiciones, gracias por este mensaje, algo asi estaba nececitando, tengo que esforzarme mas y ser valiente, tengo que alcanzar las bendiciones que el Señor tiene para mi.
DIOS los bendiga siempre. Amen.