… El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.(Mateo, 13:31-32)]
Hace unos años, una señora, miembro de nuestra congregación, me mostró un grano de mostaza; semilla que hasta ese momento no había visto con mis propios ojos, a pesar de haber oído y leído sobre ella.
Debido a su pequeñez, llevaba el grano pegado en su Biblia para no perderlo. Pues bien, la pasada semana, durante el culto dominical, le pregunté si aún lo conservaba, y al hacerme un gesto afirmativo, pude comprobar que a pesar de los años transcurridos, se mantenía igual que cuando lo vi por primera vez; semilla que al no haber sido sembrada, no había echado raíces y por lo tanto tampoco había crecido. Continuaba pegadita con papel adhesivo a la Biblia, y solo servía para admirarla.
Igual sucede con la Palabra de Dios, que si se mantiene encerrada en la Biblia, no es de mucha utilidad; porque el cometido de la Palabra de Dios, cual semilla divina, (Lucas, 8:11) es hacer brotar la fe en los hombres, para que crean en el Señor Jesucristo y vengan al conocimiento de la verdad. (1ª Tim. 2:3-4)
Pero ”pegada” como letra muerta en nuestras Biblias, igual que la semilla de mostaza de la mencionada hermana, de poco va a servir; debiendo considerar que el potencial de vida que contiene la Palabra de Dios, (Hebreos, 4:12-13) es para que por muchos sea conocida, y no solo para nuestro personal deleite, ya que nos ha sido dada, para que libre, prospere en todo aquello, para lo que ha sido enviada.
Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. (Isaías, 55:10-11)
¡¡PIÉNSALO!!
El Reino de Dios, se extiende sin hacer ruido, escondido, pequeñisimo (un grano de mostaza) y al mismo tiempo da frutos visibles de su existencia.- En la necedad de la predicación, está la gloría de Dios.- Igual que en el desierto el pueblo judío estaba protegido por una columna de nube y por una comlumna de fuego, así nosotros estamos protegidos por el Espíritu Santo en la predicación y en la extensión del Reino de los cielos en la tierra.- Toda nuestra vida tiene sentido en Él, por Él y con Él.- El hombre huye de la Cruz que es la puerta de la Vida eterna, pero es que la Cruz Mata y Resucita, pero si no estás catequizado previamente, no la soportas, no tiene sentido.- El diablo avanza hacia su destrucción, pero hará todo el daño que pueda antes de sucumbir.- Gracias sean dadas al Padre, por medio de Nuestro Señor Jesucristo y el Espíritu Santo.- Esteve
Si lo consideramos tenemos al cabo de todo un día, muchas oportunidades para plantar la semilla en muchos corazones,
Tenemos que ser valientes y adelante, como dice la Palabra a tiempo y fuera de tiempo. Un abrazo. MANUEL.