Una vez que apresado y maniatado Jesús, fuera trasladado de casa de Anás a casa de Caifás, finalmente fue llevado a presencia de Pilato, máximo representante romano en Israel, y, durante la breve charla, más bien interrogatorio, que Pilato mantuvo con Jesús, salió a relucir que este había venido al mundo para dar testimonio de la verdad. A lo que el romano, (tal vez levantando los hombros) contestó: ¿Qué es la verdad?
Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y así poder comer la pascua.
Entonces salió Pilato a ellos, y les dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre?
Respondieron y le dijeron: Si éste no fuera malhechor, no te lo habríamos entregado.
Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie; para que se cumpliese la palabra que Jesús había dicho, dando a entender de qué muerte iba a morir.
Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?
Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mí reino no es de aquí.
Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito. (Juan, 18:28-38)
Pilato tenía dudas sobra la verdad.
Así que vamos a comenzar concluyendo que la verdad, como todos sabemos y conocemos es Jesucristo:
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14:6)
Y no solo es la verdad, sino el medio para llegar a ella y al disfrute de su contexto. Apoyándonos para ello en el término hebreo “emeth” que traducido a nuestra lengua significa “verdad” y designa todo aquello que es firme, digno de confianza, estable, fiel, veraz o establecido. Y de cuya raíz viene también nuestro “amén” para apoyar o respaldar todo aquello en lo que confiamos.
Pero, que a pesar de todo, al igual que Pilato, muchos se hacen la misma pregunta al ver la cantidad de filosofías, doctrinas, ideologías y puntos de vista, que todas ellas, dicen saber o conocer lo que “verdaderamente, es la verdad”, y que en pocas palabras, la verdad, que sin ninguna duda te ofrecen, la que dicen conocer, es “su propia verdad” y que sin más, desean que se acepte sin cuestionarla. Parecido a lo que actualmente se conoce como “lo políticamente correcto”, porque de lo que se trata es seguir las corrientes o tendencias establecidas, aunque seas contrarias a lo establecido por el Señor.
Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.
Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.(Col. 2:8-10)
Porque al tomar algo de la verdad de Jesucristo y añadir el resto de su propia verdad (lo que ellos creen) que no son ni más ni menos, que experiencias vividas o anheladas, se forman verdades incuestionables que puede llegar a convencer (de hecho convencen) a muchos y a cuestionar la sana doctrina. (Prov. 21:2)
Y que de esas incuestionables verdades, muy bien pulidas por cierto, con cierta dosis de dudosa espiritualidad y humanismo, nacen un sinfín de utópicos caminos que en vez conducir al que es el Camino, lo alejan de Él. (Prov. 14:12)
Y que finalmente al transitar por ellos, confundidos, al ver que no conducen a ninguna parte o a lugares en que la verdad que anhelan sus almas brilla por su ausencia, decepcionados, al igual que Poncio Pilato, exclaman ¿Que es la verdad?
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.(Rom. 12:2)
Porque si Jesús, dijo que, “Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz” se debe a que en Él, se encuentra todo lo que es firme, todo lo que es digno de confianza, todo lo estable, todo lo fiel, todo lo veraz y todo lo establecido por Dios; y que todo lo demás, provenga de donde provenga, son solo fábulas y utopías. Porque Jesús, es la única (emeth) verdad. (Juan, 8: 31-32)
De ahí, que el mismo Jesús le dijera a la mujer samaritana, que se debía adorar al Padre necesariamente en espíritu y verdad. Porque al saber, con la ayuda del Espíritu Santo, lo que se adora y al adorar lo que se sabe, se entiende que estamos en la verdad, en Jesús. (Juan, 4:19-24)
Y al permanecer en la verdad, por haber oído la voz de Jesucristo y guardar sus mandamientos, el amor de Dios, aunque pecadores, día a día, nos va perfeccionando.
Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.
El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. (1 Juan, 2:3-6)
Por lo tanto, si tenemos a Jesucristo como la única verdad, (que lo es) el camino para llegar al Padre lo tenemos asegurado y, por ende, la vida eterna. ¿Qué más se puede pedir?
Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios. (Colosenses, 2:18-19)
Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.