Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.
Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron. (Mateo, 4:18-22)
Vivo en un pueblo pesquero; tengo familiares y amigos que se dedican a la pesca. Por mi estrecha relación con todos ellos, creo conocer muy bien a los pescadores. Mi abuelo también era pescador.
La pesca para muchos de ellos no es solamente un medio de vida, es su vida.
Los pescadores son hombres acostumbrados a sufrir, a enfrentarse con los elementos, a lo imprevisible.
He conocido pescadores que han sufrido naufragios, algunos de ellos perecieron engullidos por el embravecido mar, pero los que lograron salvarse, al poco tiempo, al mar y a pescar de nuevo.
Es una de las pocas profesiones que ejerciéndola se expone la vida.
Poseen los pescadores, un conocimiento especial del entorno en que se mueven, el mar; conocen con exactitud el lugar donde deben echar las redes para obtener unas buenas capturas; aunque no desesperan en caso de no haber conseguido la tan deseada pesca. Al siguiente día lo intentarán de nuevo.
Nuestro Señor Jesús, sabía muy bien lo que se hacía cuando llamó a pescadores a seguirle. -VENID EN POS DE MÍ, Y OS HARE PESCADORES DE HOMBRES- les dijo a cuatro varones, pescadores de profesión, para que fueran sus discípulos.
Iban a seguir siendo pescadores; pero las capturas, la pesca, distinta, en vez de peces, hombres.
Tendrían que enfrentarse a los mismos peligros; el sufrimiento iba a ser su compañero, incluso podría ser posible que sacrificaran su vida en tan noble tarea, como así sucedió en la mayoría de los casos. Pero el resultado de su labor iba a permanecer como ejemplo, para las generaciones venideras de pescadores de hombres.
Pescar significa literalmente, capturar. Es sacar de su entorno natural lo capturado, trasladándolo a otro entorno distinto.
Así los pescadores de hombres, deben por medio de la Palabra de Dios y bajo la dirección del Espíritu Santo, aparejos idóneos para esta labor, intentar sacar a los hombres del entorno del pecado en que se mueven, y trasladarlos al reino de Nuestro Señor Jesucristo. (Col. 1: 13-14)
Todo pescador de hombres, debe ser consciente de que su tarea por encima de todo, debe ser arrebatar almas para Cristo.
El llamado del Señor aún está vigente, se necesitan PESCADORES DE HOMBRES, gente abnegada y sufrida, que no le tema a los elementos contrarios, que sepan aguantar los embates del enemigo y que estén dispuestos a echar las redes, allá donde el Señor Jesús les diga.
Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.
Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. (Lucas 5:3-8)
¿Quieres ser pescador de hombres? ¿Has oído el llamado del Señor? ¿Estás preparado para ello? Sí, pues adelante, una abundante pesca en Cristo, te está esperando.
Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.
Me parece bien.
Me gusta mucho la reflexión y la definición d la palabra pescador… «Pescar significa literalmente, capturar. Es sacar de su entorno natural lo capturado, trasladándolo a otro entorno distinto.» Amen