La mezcla de semillas.

En mi juventud, durante mi etapa como aprendiz en una  imprenta de mi localidad,  había en ella un cartel,  con el siguiente lema: VALE MAS UN LÁPIZ CORTO, QUE UNA MEMORIA LARGA.

Y debido a no haberlo olvidado, tengo en mi mesita de noche un bloc y un bolígrafo, para anotar, cualquier pensamiento, palabra o versículo, que pueda venir a mi mente mientras estoy orando; ya que cuando estoy en casa, suelo orar en mi habitación.

Así que hace unas semanas, anoté el siguiente versículo, que, durante unos minutos, (me suele pasar bastante a menudo) ocupó mi mente:

No sembrarás tu viña con semillas diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que sembraste como el fruto de la viña. (Deut. 22:9)

Al terminar mi tiempo de oración, tomé mi Biblia y leí además del versículo citado, varios textos donde la semilla es la protagonista, conjuntamente con los comentarios y explicaciones que de ellos se dan.

Comprobando que, del versículo en cuestión, existen varias interpretaciones de reconocidos estudiosos y eruditos de la Biblia; anotando de entre ellas, por ser (en mi opinión) las más breves y concisas, las siguientes:

Interpretación literal: Evitar la contaminación genética. (matrimonios mixtos, Deut. 7:3-4)

Interpretación simbólica: La mezcla de semillas, podría simbolizar la contaminación de la fe, con prácticas paganas. (2 Reyes 17:33-35)

Interpretación legal: La mezcla de semillas podría generalizar cultivos, híbridos, lo que podría afectar a la productividad y la calidad de los alimentos.

Y al ojear una publicación sobre agricultura, encontré algo que me llamó la atención; en la sección de preguntas, alguien quería información sobre si se podía sembrar con diferentes semillas a la vez, y he aquí la respuesta que le dieron: “Se puede sembrar con mezcla de semillas, pero, puede dificultar la germinación, debido a que, por la probable *superposición de las semillas, se obtendrán plantas más pequeñas y atrofiadas, ya que competirán por espacio, nutrientes, luz y agua”.

Lo que me llevó, “motu proprio” a otra interpretación; porque muy a menudo, la Palabra de Dios, deja un espacio, para que “entre líneas” el Espíritu Santo, nos empuje a buscar e indagar más “sobre el asunto o tema” que nos llamó la atención, llevándonos a recordar (el mismo Espíritu) que Él nos puede ayudar:

 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.  (Juan, 14:26) 

Y en este caso, “me recordó” lo que dijo el Señor Jesucristo en la parábola del sembrador:  La semilla es la palabra de Dios. (Lucas 8:10-11)

Porque, si la semilla es la palabra de Dios, sembrada en nuestro corazón, (Lucas, 8:15) no debemos mezclarla con enseñanzas (semillas) que nada tienen que ver con ella.  Enseñanzas y doctrinas (debido a la proliferación de nuevos apóstoles y profetas) muy novedosas y atractivas, pero que, al *superponerse a la palabra de Dios, atrofian y dañan a muchos, al añadir lo que no dice la Palabra, y quitar u obviar lo que la Palabra de Dios dice, impidiendo el tan anhelado y necesario crecimiento espiritual. (Col. 2:8)

Por lo que Pablo, como apóstol que era y sabedor de todo esto, recomienda (para que se tenga en cuenta) lo siguiente:

… “Hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión, a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene. Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos.  Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad. Todas las cosas son puras para los puros, más para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas. Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra”. (Tito 1:10-16)

Ya que, el resultado de haber sembrado la preciosa y valiosa semilla en nuestro corazón sin mezcla alguna, es este:

Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes; así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria.

Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. (1 Tesa. 2:10-13)

Por lo demás, como esto manda el Señor, no tenemos opción:

Mis estatutos guardarás. No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie, tu campo no sembrarás con mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos con mezcla de hilos. (Lev. 19:19)

 Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

*Superposición: Poner una cosa encima de otra. RAE.

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