La Estrategia del Espíritu Santo.

 

 

Asistí recientemente a un congreso en la que la palabra estrategia en boca de uno de los organizadores, se repitió en varias ocasiones, se trataba de consejos para conquistar y gobernar lo conquistado. Conquistas naturalmente espirituales pero que trascienden a lo natural, de ahí el gobierno de lo natural por los “espirituales”.

Esta persona estaba totalmente convencida, que la estrategia es necesaria para conseguir los fines deseados. Que debe haber un estudio riguroso de lo que se desee conquistar y plantearse la consiguiente estrategia.

Y como vamos a desarrollar este tema, creo que antes de continuar deberíamos conocer que es la estrategia, aunque estoy seguro que todos sabemos su significado.

El significado primario de estrategia es el arte de dirigir las operaciones militares. Aunque este concepto también se utiliza para referirse al plan ideado para dirigir un asunto y para designar el conjunto de reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento.

En pocas palabras, la estrategia es el proceso seleccionado para alcanzar un objetivo, o un fin deseado.

Y aunque la palabra estrategia no figura en la Biblia (al menos no en la mía) no quiere decir que no debamos utilizarla, porque el primer y más grande estratega es nuestro Creador, que desde el principio de los tiempos ya tenía un plan preparado para recuperar cuando llegara el momento, lo que el primer hombre (Adán) perdió en Edén, por otro hombre (Jesús) llamado el postrer Adán. (1ª Cort. 15:45)

Lo que sucede, es que en la mayoría de las ocasiones, las estrategias que utilizamos los que nos consideramos espirituales, no son espirituales, sino carnales, (en el buen sentido de la palabra) y no se pueden plantear acciones carnales (nacidas de la mente) para conseguir fines o metas espirituales, porque:

Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. (Juan, 3:6)

Y a pesar de que a menudo muchos de estos planteamientos tienen éxito, no dejan de ser planteamientos de hombres, que deseosos de hacer la voluntad de Dios, no esperan la dirección del Espíritu Santo para llevar a cabo el plan de Dios, y ejecutan su propio plan, que es menos bueno que el de Dios.

El problema de todo esto es que al no ser una estrategia divina, es decir del Espíritu Santo, y aunque la parafernalia que la envuelve es muy llamativa y atrayente, al menos externamente, internamente está vacía de contenido, porque se supone que toda estrategia cristiana, debe estar dirigida a conseguir que el mayor número de personas, lleguen a conocer la obra redentora de nuestro Señor Jesucristo y a consecuencia de esto consigan la salvación ofrecida por medio del sacrificio de la cruz.

Y esto debe reflejarse en la vida de todos aquellos que, convencidos (conseguir que una persona crea) y no conquistados, (ganar por cualquier medio la voluntad de una persona) den un giro de 180 grados en su manera de vivir, al sujetarse totalmente a la Palabra de Dios y cumplirla. (Gal. 5:16-25)

Porque se suele medir el éxito de una estrategia solamente por la cantidad de personas atraídas, conformándose, para que lo conseguido se mantenga, con un ligero maquillaje espiritual, es decir que, con que se tenga una buena fachada espiritual, es suficiente.

Totalmente contraria a la estrategia del Espíritu Santo, que es quien debe escoger, los medios, el lugar y el tiempo, para llevar adelante el plan de Dios.

Y que para llevarla a cabo tenemos al alcance de nuestras manos el manual que nos ha dejado el Todopoderoso: la Biblia, y en ella se encuentra que el primer paso es el llamado de Dios; para después dejarse instruir por Él, con el deseo que el Espíritu Santo nos llene y nos capacite, esperando que Él nos conduzca al lugar adecuado, utilizando los medios necesarios, (su poder) para poder proclamar con su respaldo, la Palabra de Dios, de manera eficaz.

Es el fiel reflejo de la estrategia que utilizó Jesús: Llamó a doce hombres para instruirles en los secretos del Reino, les dio el Espíritu Santo, les envió a proclamar lo que de él habían aprendido, y les dijo como y donde lo tenían que proclamar, siendo el resultado además de efectivo, asombroso. (Marcos, 6: 7-13, 30)

Vamos a verlo con mas detalle:

El Señor, llama e instruye. (Marcos, 3: 13-15)

Envía y da el Espíritu Santo. (Juan, 20:21-22)

Acompaña y está con los que envía. (Mateo, 28: 18-20)

Indica una vez llenos del Espíritu Santo, donde testificar. (Hechos, 1: 8)

El testimonio de la Palabra con el poder del Espíritu, da resultado.

(Hechos, 2:37-41)

Finalmente, la perseverancia en la doctrina y el mismo sentir de los que han creído, es suficiente para hacer acercar a las gentes; haciendo que el Señor añada a los que van a ser salvos.(Hechos, 2:42-47)

Personalmente opino que esta estrategia, es la idónea.

Estrategia, que confirma el mismo Espíritu Santo, porque buscando con oración y ayuno Bernabé y Pablo, junto con otros la dirección de Dios, el Espíritu Santo les dice que aparten a Bernabé y a Saulo, para una misión determinada. (Hechos, 13: 1-4)

Misión que les llevó, siempre guiados por el Espíritu Santo a testificar y anunciar el poderoso evangelio de Jesucristo en distintas ciudades de Asia, y que a pesar de la oposición del adversario, fue un éxito, porque esa misión a pesar que la llevaron a cabo unos hombres, como hábil estratega, la diseñó, preparó y ejecutó el Espíritu Santo. (Hechos, 13:48-49,  14:23-28)

Es una maravilla poder ser guiados por el Espíritu Santo. Esperar en Él, oír su voz, ir donde envía, sentir su poder y ver el resultado. Porque es el único que convence al mundo, (a la gente) de pecado, de justicia y de juicio. (Juan, 16: 7-8)

Que gran estratega es nuestro Espíritu Santo. ¿Qué mas se puede decir de Él?

Si me amáis, guardad mis mandamientos.
Y yo, rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
(Juan, 14:15-17)

Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad él os guiará a toda verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os la hará saber.
Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.   (Juan, 16:12-15)

 

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

 

 

 

3 comentarios sobre “La Estrategia del Espíritu Santo.

  1. Somos tan impacientes en ocasiones, que no somo capaces de esperar en el Señor, sino que cuando tomamos una decisión sin contar con Él, queremos o casi «le exigimos», que la apoye. Olvidamos muy ha menudo que Sus pensamientos no son nuestros pensamientos.
    Bendiciones.

  2. Muy buena esta enseñanza, la he recibido en un momento que la necesitaba como anillo al dedo, sobre todo esa parte donde dice: debemos ser guiados por el Espíritu Santo, oír su voz….. Hermano Antonio que el Señor te siga dando esas enseñanzas de forma abundante, gracias por ser nuestro amigo, pastor y padre espiritual . Dios les bendiga . Rabelo y familia

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