De cierto os digo, que el no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él. (S[versi]42 18:17[/versi]. [versi]41 10:15[/versi]
Durante mucho tiempo entendí que estas palabras del Señor Jesús, dirigidas a sus discípulos, tenían que ver con la inocencia, sencillez y candidez de los niños; pensaba que con mucha dificultad un adulto, cargado de experiencias a lo largo de su vida, muchas de ellas negativas; difícilmente podría recibir el reino de Dios como un inocente niño, y mucho menos entrar en él.
Pero hace unas pocas semanas, mi concepto sobre este tema cambió, al leer algo relacionado sobre la conducta de los niños, y al observar, el comportamiento de mis nietos al recibir unos regalos. Debido a lo que leí y ví, llegué a comprender y a tener mucho mas claro el sentido de las palabras del Señor Jesús.
La reacción de los niños, (mis nietos) fue una explosión de alegría y júbilo al decirles que había unos regalos para ellos; salieron corriendo hacía el lugar donde estaban depositados y con una expresión de felicidad y asombro en sus pequeños rostros, abría cada uno de ellos el regalo que le correspondía; se formó una algarabía tremenda con los gritos y las risas, que, apenas podíamos contener los adultos que allí nos encontrábamos, y que llegaron a contagiarnos.
No se fijaban en quien les observaba, ni el lugar en que se encontraban y ni si molestaban a alguien; toda su atención era para los regalos que acaban de recibir.
Los pequeños no podían contener su alegría y lo demostraban riendo y saltando de satisfacción. A raíz de esto me apliqué a observar el comportamiento de los niños que hay en la congregación; me fijé como defendían cualquier juguete u objeto de su propiedad; y la tozudez y la firmeza al pedir las cosas que les atraían o les gustaban, incluso con abundantes lágrimas; hasta llegar conseguirlas.
Lo que observé en los niños, me hizo reflexionar de que no se trata de tener una actitud lánguida e inocente, en cuanto los asuntos del Reino, sino que de lo que se trata, es de recibir el Reino, (sin importarnos lo que piensen o digan de nosotros) con la misma alegría y satisfacción que los niños, reciben un regalo; y una vez que lo hayamos recibido, conservarlo con todas nuestras fuerzas, igual que los niños mantienen sus juguetes y los conservan, enfrentándose si es necesario, a aquellos que se los quieren arrebatar, sin importarles ni su tamaño, ni su fuerza.
…..el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos (valientes) lo arrebatan.
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La Gloria sea siempre para nuestro Dios.
ADELANTE PASTOR ANTONIO CON EL TEMA INFANTIL, ACTUALMENTE NO EXISTE MUCHA ACEPTACION PARA LOS PEQUES, SE REPITE EL TRATO DE LOS DISCIPULOS DE JESUS.
HACE FALTA ABRIR MAS ESPACIOS PARA GANAR NINOS EN EL EQUIPO DE CRISTO. BENDICIONES.