En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria.
Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas.
Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.
Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. (Hechos, 6:1:4)
No sé si nos hemos dado cuenta de lo importante que es tener un buen testimonio, la llenura del Espíritu Santo y sabiduría.
Condiciones estas que para los doce que escogió Jesús, para que fueran sus discípulos, eran indispensables para desempeñar cualquier labor. Condiciones de las que ellos carecían cuando el Maestro los escogió.
Pero que cuando en Pentecostés fueron llenos del Espíritu Santo, se dieron cuenta de lo necesario de esas tres condiciones: Buen testimonio, ser llenos del Espíritu Santo y de sabiduría. Requisitos que todo aquel que desea estar al servicio del Señor, debe reunir y no solamente los que sirvan (por así decirlo) en el altar, porque generalmente eso es lo que se cree, sino para cualquier otro servicio, por insignificante que nos parezca; incluso para servir comida a los necesitados.
Como sabemos, poco tiempo después de haberse derramado sobre unos 120 el Espíritu Santo, el mismo Espíritu tocó el corazón de los que oyeron la primera predicación de Pedro, añadiéndose a la Iglesia unas tres mil personas (Hechos, 2:41) y en la segunda, el número de “los tocados” fue de cinco mil, y todos ellos varones. (Hechos 4:4)
Debido a este aumento de creyentes, el trabajo y las expectativas también crecieron, de tal manera que los doce no daban abasto, al tener que afrontar el “servicio social” y el espiritual, sirviendo a las mesas repartiendo comida y predicando La Palabra, optando el pedir gente que les ayudara en lo primero (servir a las mesas) con la condición que los escogidos para ayudarles debían reunir los tres requisito al principio mencionados: Buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría.
Aunque muy bien alguien se podría preguntar: ¿Y esto porqué? ¿Es que no era suficiente tener una buena disposición de servicio o el deseo de servir a los demás? Que es lo que hacen la mayoría de las ONGS actuales.
Pues por lo visto, y según el punto de vista de los apóstoles de Jesucristo, no.
Porque para servir al Señor o estar al servicio del Señor, es imprescindible el BUEN TESTIMONIO, ya que el buen testimonio es el reflejo (lo que sale fuera de nosotros) de lo que está ocurriendo o ha ocurrido en nuestro interior. (Gal. 5:22-23)
Tal vez, algunos podrán pensar que el testimonio, el buen testimonio es secundario, que es más importante el ser llenos del Espíritu Santo, pero, ¿no es con un buen testimonio la manera de dar a conocer la llenura del Espíritu Santo? Al menos así lo dio a entender el Señor Jesús:
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. (Juan, 7:38-39)
Porque a través de lo que hagamos, y no solo a través de lo que digamos, (como algunos así lo creen) estaremos dando a conocer al Señor y lo que ha hecho en nosotros. Debemos hablar, pero también testificar a través de nuestro comportamiento.
Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? Santiago, 2:14-20)
Al buen testimonio, debe acompañarle la sabiduría, y sabemos que el principio de la sabiduría es el temor a Jehová, (Prov. 9:10) así que partiendo de este temor, intentamos agradar en todo a nuestro Señor y más, sabiendo que el que nos instruye en toda la verdad es el mismo Espíritu Santo:
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a TODA LA VERDAD; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. (Juan, 16:13)
Así que, quien está detrás de todo es el Espíritu Santo, que al llenarnos y al no poder contener esa llenura espiritual, nos hace obrar en consecuencia, llegando a tener buen testimonio delante de las gentes, a la vez que nos capacita y nos da la sabiduría necesaria, para llevar a cabo la labor que se nos ha encomendado, ya sea esta sirviendo a los más necesitados, como llevando La Palabra a cualquier lugar del mundo. Porque en Cristo, el que no vive para servir, no sirve para en Cristo vivir.
Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,
porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; (Filipenses, 2:12-15)
Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.
Muchas Gracias a todos en bendicion, por darme la oportunidad de darle a conocer que aqui, en la tierra del tabaco y el ron en la isla mas grande del caribe, existen siervos con testimonio y entrega, capaces de darlo todo por sembrar la buena semilla en CRISTO JESUS, luchando contra tradiciones espirituales muy arraigadas y malignas, pero con valor y FE en ayuno y oracion. Gracias hermanos. DIOS LES BENDIGA EN EL NOMBRE DE SU HIJO AMADO JESUS.
A su servicio
Frank