En un muy reciente viaje que realicé al Caribe, tuve la oportunidad, al ser invitado a una reunión de líderes, compartir distendidamente, lo que entiendo (el significado) sobre el estar en la presencia de Dios. (1ª Reyes, 17:1)
Una vez terminada mi disertación y orado para que el Señor nos bendijera, la persona que dirigía dicha reunión, tomando el micrófono a la vez que comenzaba la música (alabanza) clamó a gran voz: Ahora vamos a agarrar una borrachera espiritual.
Comenzando inmediatamente algunos de los presentes a contorsionarse y a realizar movimientos descontrolados, de tal manera que me atreví (pidiendo permiso) a tomar de nuevo el micrófono y a exponer según creo, lo que nos dice la Palabra de Dios sobre la diferencia que existe entre estar borrachos y ser llenos del Espíritu Santo.
No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. (Efesios, 5:18-20)
Porque no se trata de sustituir los movimientos ni la inconsciencia que produce el vino o cualquier otra bebida embriagante, por similares movimientos que se según se cree produce el Espíritu Santo.
Ya que, los que se embriagan con alcohol, pierden de tal manera el control de sus actos, que pueden llegar a cometer toda clase actos impúdicos, avergonzando a propios y extraños. (Prov. 23:29-31)
Pero la llenura del Espíritu, según se nos indica en la epístola a los efesios, no conduce por los caminos del vino, por los cuales sus efectos al poco tiempo pasan o cesan; sino por sendas de alabanza, a través de salmos, himnos y cánticos espirituales, que permanecen inamovibles al haber llegado en el nombre de nuestro Señor Jesucristo a tener un corazón lleno de gozo y agradecimiento hacia nuestro Dios y Padre.
Y esto a pesar de que se crea que los discípulos que se encontraban en el aposento alto en el momento del derramamiento del Espíritu Santo, se comportaron como si hubieran estado ingiriendo vino u otra sustancia hasta emborracharse. (Hechos, 2: 7-13)
Pero la Biblia nos dice que se pensaba que estaban ebrios, porque hablaban unas lenguas que ellos ni conocían ni entendían, pero si los que los oían y no se menciona en ningún lugar, que se contorsionasen, ni temblasen, y menos aún que se revolcasen por el suelo; dejando Pedro muy claro que de ebrios, nada, al explicarles a los curiosos que acudieron al oír el alboroto lo que verdaderamente ocurría:
Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. (Hechos, 2:14-18)
Sé que el Espíritu Santo, nos puede llevar a decir y hacer cosas, que nunca nos hubiéramos imaginado poder decir u hacer, pero también sé que todo lo que hagamos dirigidos por el mismo Espíritu, debe y tiene que conducir a glorificar el nombre de Dios y no para nuestra propia satisfacción y provecho.
Porque la llenura del Espíritu, nos conduce a una especie de “sobria embriaguez espiritual” en la cual los sentidos no se pierden, sino que con plena conciencia recibimos lo que el Señor nos regala, para que una vez “llenos de su presencia” podamos llevar a cabo todo aquello que el mismo Señor ha dispuesto para nosotros. Ya que, de lo que se trata es que hagamos lo que hagamos, todo sea para lo gloria de Dios, tal y como nos muestran Las Escrituras:
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. (Colosenses, 3:23-24)
Así que solo nos queda pedirle al Señor que nos dé espíritu de sabiduría y revelación, para el conocimiento de Él.
Que la gloria sea siempre para nuestro Dios.
EXCELENTE!!!!!! que así sea!!!! BENDICIONES!!!!
muchas gracias Pastor
Pastor Dios le bendiga cada vez mas, tristemente esto esta pasando en el pueblo Cristiano es moda cambiar la interpretacion de las escrituras, pero que bueno que todavia hay Hombres de Dios con sana doctrina. Gracias por sus reflecciones. Un saludo a su familia y congregacion.
Así es Pastor Antonio, entiendo que toda persona que es lleno del Espíritu Santo deseará hablar de Cristo (dar testimonio) a todo el que se encuentra. Esto es más que una simple emoción pasajera. No es producto de los sentimientos sino del poder del Espíritu Santo obrando en la vida de la persona. Esto es algo genuino. El que ha tenido la experiencia de la llenura del Espíritu Santo crece y permanece. El fruto del Espíritu Santo es amor, gozo, paz, paciencia, fe, bondad, benignidad, mansedumbre, templanza.
Bendiciones.
Gioconda
Oiga que bien está este articulo que me mando.
Eso es lo que pido al Señor, espíritu de sabiduria y revelación.
Dios lo continue bendiciendo.
Gracias a Dios porque aun tiene sus atalaya para estar vigilante de su palabra enseñando lo bueno y lo que esta malo, ya que el Señor demanda que no nos desviemos ni a diestra ni siniestra de su verdadero camino gracias varón por aclarar con entendimiento y sabiduría los horrores que se vienen cometiendo en nombre de Dios y Desvirtuando la palabra de Dios a su acomodo con tal de tener ganancias deshonesta para su propio peculio
Dios le siga bendiciendo varón continué así que su corona esta en los cielos, usted es instrumento para llevar la verdad del evangelio corrigiendo y exhortando todo lo que esta malo para que estas almas no se pierdan por causas de algunos que se han desviado de la verdad modificando algunos textos de la biblia a su conveniencia para obtener ganancias
Que bendición es poder leer palabras sabias, yo sentí mucha duda al oír de labios de un hermano que le fue otorgado el gran privilegio de predicar la palabra de Dios y comenzó a ministra y dijo que se sentía borracho del espíritu santo, por eso creo que no es a cualquier a quién se le debe ceder el mensaje.