Amigos de Dios.

 

 

Antes de que Jesús fuera entregado, tuvo una charla más que interesante con sus discípulos; entre otras cosas les dijo que la mayor demostración de amistad es dar la vida por sus amigos y que ellos podrían llegar a ser sus amigos si hacían lo que Él les mandara.

Que la relación que entre ellos existía (señor y siervo) no tenía ningún sentido, al haberles dado a conocer todas las cosas que Él había oído de su Padre, recordándoles que fue Él el que acercándose a ellos les escogió y les preparó para que a través de Él, consiguieran del Padre todo lo que le pidieran en su nombre. (Juan, 15:13-16)

Lo cierto es que la mayoría de nosotros quisiéramos ser amigos de Jesús, para conseguir del Padre todo lo que le pidamos en su nombre. ¿Verdad?

Pero esta es la pregunta: ¿Qué es un amigo?

Y aunque hay muchas y hermosas reflexiones, sobre la definición de “amigo” como por ejemplo: “Un amigo es alguien que entiende nuestro silencio” o «Un amigo es aquel que llega, cuando todo el mundo se ha ido”. Personalmente considero que al leer la porción del evangelio de San Juan, mas arriba expuesta, se puede llegar a la conclusión que la definición idónea para amigo es: Jesús.

Jesús se mostró amigo, al dar su vida por nosotros; pero ahora, nosotros, debemos mostrarnos amigos, haciendo lo que él nos diga, en pocas palabras, obedeciéndole. (Prov. 18:24)

Y para ello encontramos un claro ejemplo a seguir en Abraham, que es el único hombre (según la Biblia) que fue llamado amigo de Dios. (Santiago, 2:23)

Así que a continuación, vamos a resumir desde el capítulo 12 al 22 del libro de Génesis, que por su extensión no nos es posible trascribirlos aquí, pero que por su contenido es recomendable leerlos y meditarlos detenidamente, para una mejor comprensión del comportamiento y de lo que tuvo que hacer Abraham, para ser considerado amigo de Dios:

Llamó el Señor a Abraham para que dejara su tierra, sus costumbres y su familia, y se dirigiera al lugar que le había escogido para vivir, y así lo hizo. Al obedecer a Dios y sin tener idea, donde iba ni que iba a pasar con él, el resultado fue, que el Señor se le aparece y le habla, dándole a conocer sus planes, como suelen hacer los verdaderos amigos.

Tiene que separarse, con dolor de su corazón, de todos sus familiares que no sienten el llamado de Dios. Aunque no les olvida y sigue intercediendo por ellos, y en caso de necesidad, les ayuda en todo, incluso peleando por ellos. Siendo bendecido por esta actitud.

Debido a esto, la relación de Abraham con el creador llega a ser fluida, haciéndole saber este, que siempre le cuidará y defenderá, como un verdadero amigo que es. Además de seguir dándole a conocer sus planes.

Le cambia el nombre, de Abram a Abraham, dándole un nuevo e importante significado, (algunos creen que la «H» intercalada tiene algo que ver con el Espíritu Santo) y hace un pacto eterno con él. Como amigo le confiesa Abraham al Señor el deseo de su corazón, tener descendencia, un hijo; y este le concede el tan deseado hijo. Como hacen los amigos cuando se pueden ayudar.

Comparten mesa el Señor y Abraham, como suelen hacer los amigos, y durante la comida, el Señor le expone a Abraham la decisión que ha tomado sobre Sodoma y Gomorra, a consecuencia de sus pecados. Y como también suelen hacer los amigos, Abraham presiona insistentemente a Jehová, (como si Abraham tuviera mas misericordia que Dios, cosa que no es así) para que desista, y no destruya ambas ciudades. Y aunque con puntos de vista aparentemente distintos, se separan, sin dejar de ser amigos.

Sellando para siempre su amistad a través de una dura prueba, al pedirle el Señor a Abraham que le ofreciera lo que mas amaba, su hijo Isaac. Prueba que superó, como todos sabemos, al no negarse a ejecutar la voluntad de Dios. No permitiendo el Señor, como también todos conocemos, que se llevara a cabo esa acción. Asegurándole el Señor que en su simiente iban a ser bendecidas todas las naciones de la tierra, por cuanto le obedeció, como amigo y como Dios.

Así que una vez enterados por medio del testimonio de Abraham, de lo que hay que hacer para que el Señor nos considere sus amigos (que es lo que queremos y nos interesa) debemos en primer lugar, al oír su llamado seguirle, dejando atrás todo lo que nos impida ir hacia donde él nos diga o nos dirija. Creyéndole en todo. Esperando que nos de a conocer lo que debemos hacer, es decir sus planes. Planes que de manera general encontramos en su Palabra. Sin temer consultarle ante alguna duda o inseguridad, porque somos sus amigos ¿no? Y una vez que los sepamos, atrevernos a llevarlos a cabo, con la convicción que vamos a salir airosos, porque Él ya lo tenía todo previsto desde antes de que nos considerara sus amigos.

Y sobre todo tener la seguridad que si Él esta por nosotros, por sus amigos, ¿Quién contra nosotros? (Romanos, 8:31)

 

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

 

 

 

Un comentario sobre “Amigos de Dios.

  1. Gracias. estan muy bonitos todos los pensamientos, no he tenido tiempo para mirarlos bien pero ya los mire y Dios les pague y adelante.

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