Mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar… (Sant. 1:19)
Hace unas fechas, me contó una hermana en Cristo una visión que, en plena noche, mientras dormía la hizo despertar; no fue un sueño, me dijo, fue una visión:
“Vi un rostro humano que estaba frente a mí, al principio me asusté, porque ese rostro tenía unas orejas tan pequeñas que casi no se distinguían, y una boca tan grande, que distorsionaba el rostro”.
Al comprender que se trataba de una visión, le pregunté al Señor: ¿Padre que quieres decirme con esto? Y no con voz audible, me respondió: “Habláis mucho y oís poco; no escucháis a la gente, sólo queréis que os escuchen, cuando la gente tiene necesidad de ser escuchada; de daros a conocer sus necesidades y anhelos y no dejáis que lo hagan”.
Quedé impactada por la respuesta (me dijo) porque yo era una persona que “asediaba a la gente” por mi afán de dar a conocer el evangelio. Todo lo contrario, a lo que recomienda Santiago, “el hermano del Señor” en su universal epístola, porque era una mujer “muy pronta para hablar y tarda para escuchar”.
Pensaba que, al estar cargada de razones, tenía que hablar y hablar para ser escuchada; pero a partir de esa noche, mi actitud cambió; dejé de importunar a la gente “con mi palabrería”. Ahora dejo que me hablen y escucho con atención lo que me quieren decir o contar, lo que hay en su corazón; para después, si me lo permiten, presentarles al Señor Jesucristo. Y si ese no es el momento, ya tendré otra oportunidad, “porque cuando la gente se siente escuchada, es más que probable que en otra ocasión, nos escuchen”. Y me va bien, me dijo.
Tenemos dos oídos y una boca para que escuchemos el doble de lo que hablamos. Por lo que es importante que seamos prontos para escuchar y tardos para hablar. La Palabra de Dios siempre nos muestra el mejor camino, y cuando lo seguimos, somos bendecidos.
Así que:
El que tiene oídos para oír, oiga. (Mateo, 11:15)
Maravillosa palabra me habló a mi porque yo como latino (Cubano) tenemos como cultura hablar mucho y oír poco.
Muchas gracias por su comentario.