Cielos Abiertos.

 

 

He oído, en varias ocasiones, a algunos hermanos, proclamar o decretar CIELOS ABIERTOS sobre una ciudad o sobre un determinado país. Como si sus bien intencionadas palabras, fueran suficientes para que los cielos cerrados por el pecado, se abrieran.

Estando convencidos, porque así nos lo han enseñado que todo lo que le pidamos al Señor, creyendo, nos será dado. Así está escrito y se supone que así tendría que ser, porque escrito está:

Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. (Mateo, 21:22)

Aunque proclamar o decretar, no significa precisamente pedirle algo al Señor, sino que su significado, es (más o menos) manifestar públicamente alguna cosa con autoridad, y no precisamente en este caso, la del Señor.

Por lo tanto, proclamar cielos abiertos, significa que a partir de esa declaración no va a haber ningún tipo de impedimento espiritual o natural para que la Gloria de Dios se derrame sobre el lugar decretado.

Y que más bien, lo correcto, debería ser, buscar la voluntad del Señor, antes de “soltar” cualquier decreto o proclama, porque las cosas, no funcionan exactamente como algunos “proclaman”, al menos según La Palabra de Dios.

Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. (1ª Juan, 5:14)

Encontrando en las Sagradas Escrituras que fue el mismo Salomón, quien estableció las condiciones a cumplir para abrir los cielos naturales a la vez que los espirituales, (una cosa lleva a la otra) en caso de que estos se cerraran, a causa del pecado:

Si los cielos se cerraran y no hubiera lluvias, por haber pecado contra ti, si oraren a ti hacia este lugar, y confesaren tu nombre, y se convirtieren de sus pecados, cuando le afligieres, tu oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, y les enseñarás el buen camino para que anden en él, y darás lluvia sobre tu tierra que diste por heredad a tu pueblo. (2ª Crón. 6:26-27)

Condiciones que el Eterno, tomándole la palabra al sabio rey de Israel, aceptó:

Y apareció Jehová a Salomón de noche, y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar por casa de sacrificio.
Si yo cerrare los cielos, para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
(2ª Cron. 7:12-14)

Esta parte de La Palabra es la que generalmente se suele compartir y enseñar, pero la parte en la que Salomón se dirige al Señor comprometiéndose a enmendarse, en caso que el pueblo pecare y se cerraren los cielos, poco se dice y menos se enseña.

Por lo tanto, proclamar cielos abiertos, sin reunir o cumplir las condiciones que el mismo Salomón “concertó” para que esto sucediera, es una temeridad.

Porque, para se abran los cielos cerrados por el pecado, tiene que desaparecer en primer lugar el pecado. Porque el pecado es infracción de la Ley de Dios. (1ª Juan, 3:4)

Así que, el trato es, que debemos arreglar primero lo espiritual, para que trascienda a lo natural. Ya que una cosa, (parece ser) va ligada a la otra.

Es decir, si el pecado, que además de alejar al Espíritu Santo, quiebra o rompe (cielos cerrados) toda relación con Dios, para restablecer de nuevo esa relación, en primer lugar, se debe reconocer que se ha pecado; y humildemente pedirle perdón de todo corazón al Señor y, el Señor que es Misericordioso, (siempre lo es) perdonará los pecados (siempre perdona) y a la vez, los cielos serán abiertos al restaurarse la relación rota por el pecado. (Salmos, 51:17)

De nada vale proclamar, declarar o decretar cielos abiertos, si arrepentidos, no nos humillamos y orando, buscamos el rostro del Señor, para que nos guíe en sus caminos. Porque Él, es el que tiene la llave que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre. (Apoc. 3:7)

 

 

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

 

 

 

 

 

5 comentarios sobre “Cielos Abiertos.

  1. Todos tus artículos me llegan y conmueven pero este….EL QUE MAS. Excelente!!!! muchísimas gracias. Y Que Dios continúe dándote este don.
    cariños
    SILVIA

  2. Esa es la clave, para lo que tanto deseamos en España, y eso no lo va ha hacer Dios por nosotros, así que eso es lo que hay, o arrepentimiento y camino de consagración, o no hay ná que arrascar. Gracias amigo Antonio y bendiciones.

  3. No tenemos autoridad para decretar,
    Decreto. Resolución escrita de carácter normativo expedida por el titular del Poder Ejecutivo, en uso de sus facultades legislativas, o por el Poder Legislativo. Al interior del Congreso, el decreto contiene un proyecto de ley aprobado por el Pleno de una o de ambas cámaras.

    Dios ya decreto y esta en su palabra la biblia. y a nosotros nos toca someternos a Dios y su palabra para que su Espiritu Santo nos guie e ilumine en nuestro caminar.

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