Reseña ( y algo más) de un viaje.

 

.… Como me envió el Padre, así  también yo os envío.  (Juan, 20:21)

Invitados por un matrimonio amigo, además de hermanos en Cristo, pisamos por primera vez mi esposa y yo, suelo norteamericano. Sabíamos adónde íbamos pero no sabíamos que planes tenía el Señor para nosotros. Aunque lo que si sabíamos, era  que,  el Señor,  siempre que nos ha hecho mover de “nuestro lugar” ha sido con  un propósito.

Nos recibió a nuestra llegada a   Miami, Florida, un pastor amigo, con el cual permanecimos un par de días, encaminándonos a continuación a  Kissimmee, ciudad donde residen nuestros  amigos y anfitriones.  Saliendo  (los cuatro) el día siguiente hacia  Carolina del Norte, donde (en auto)  nueve horas después,  llegamos  a nuestro destino, la ciudad de Shelby, en el corazón de Carolina del Norte, donde nos recibieron en su  preciosa casa, Douglas y Felicia.

Compartimos La Palabra en la iglesia, Westview Baptist Church, de Shelby, pastoreada por Rick Bowling,  con un mensaje titulado: EN LOS NEGOCIOS DEL PADRE, basado en lo acontecido a Jesús cuando siendo un niño, José y María (sus padres) creían que se había extraviado:

Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. 
Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole.
Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia.
Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?  
(Lucas 2:41-49)

Regresamos el día siguiente a nuestro punto de partida. A mitad de camino nos estaban esperando el matrimonio formado por  Chuck y Kathy Canup,  de Carolina del Sur a los que  habíamos conocido en España,  con los cuales, no solo compartimos una excelente y abundante comida, sino que nació (se estableció)  un vínculo misionero, entre ellos y Rabelo y Yeinei,  nuestros amigos y anfitriones.

Al llegar a Kissimmee, lugar donde íbamos a permanecer un tiempo, el Señor nos llevó a congregarnos con distintos grupos de hermanos de la iglesia, Fuente de Salvación, pastoreada por Martín Rivera.

En una de las células, mi esposa después de una breve exposición de La Palabra,   compartió experiencias y oraciones con las hermanas presentes, donde el Espíritu Santo fue el protagonista.

Asistimos a una reunión para jóvenes donde el Señor nos llevó a compartir el mensaje titulado: PARANDO EL CARRO, al entender que las muchas actividades, nos pueden impedir  oír la voz de Dios, y perder la oportunidad de hablarle a alguien que puede serle  muy útil al Señor:

Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.
Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? 
El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él. El pasaje de la Escritura que leía era este: Como oveja a la muerte fue llevado; Y como cordero mudo delante del que lo trasquila, Así no abrió su boca. En su humillación no se le hizo justicia; Mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida.
Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro? Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. 
(Hechos, 8:26-38)

En una de las reuniones para matrimonios, compartimos: ORACIONES ESTORBADAS, para que nos diésemos cuenta de que  veces, a pesar de haber ayunado, llorado y orado  mucho,  no hay respuesta a nuestras oraciones, cuando lo que lo impide no es el enemigo, sino “el mal ambiente” en nuestra propia casa:

Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa. 
Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.
Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.
Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo
. (1 Pedro, 3:1-7)

Durante el servicio dominical de la iglesia Fuente de Salvación,  de Kissimmee, el Señor nos llevó a compartir el mensaje: UN CARRO NUEVO, dándonos a entender, que para tener éxito, no debemos apropiarnos o calcar formas o modas “filisteas”,  porque aunque el mundo las aplauda,  la presencia de Dios se aleja. Y más bien, deberíamos ceñirnos a lo establecido por el Señor en su Palabra. No sea que nos pase lo acontecido al rey David al mandar hacer al igual que los filisteos,  un carro nuevo para transportar el arca, en vez de llevarla los levitas sobre sus hombros, conforme a la Palabra del Señor:

Haced, pues, ahora un carro nuevo, y tomad luego dos vacas que críen, a las cuales no haya sido puesto yugo, y uncid las vacas al carro, y haced volver sus becerros de detrás de ellas a casa. Tomaréis luego el arca de Jehová, y la pondréis sobre el carro, y las joyas de oro que le habéis de pagar en ofrenda por la culpa, las pondréis en una caja al lado de ella; y la dejaréis que se vaya…. (Seguir leyendo)  (1 Samuel, 6:7-12)

Y se levantó David y partió de Baala de Judá con todo el pueblo que tenía consigo, para hacer pasar de allí el arca de Dios, sobre la cual era invocado el nombre de Jehová de los ejércitos, que mora entre los querubines. Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en el collado; y Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo…. (Seguir leyendo (2 Samuel, 6:2-7)

Entonces dijo David: El arca de Dios no debe ser llevada sino por los levitas; porque a ellos ha elegido Jehová para que lleven el arca de Jehová, y le sirvan perpetuamente. Y llamó David a los sacerdotes Sadoc y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab, y les dijo: Vosotros que sois los principales padres de las familias de los levitas, santificaos, vosotros y vuestros hermanos, y pasad el arca de Jehová Dios de Israel al lugar que le he preparado; pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza. 
Así los sacerdotes y los levitas se santificaron para traer el arca de Jehová Dios de Israel.
Y los hijos de los levitas trajeron el arca de Dios puesta sobre sus hombros en las barras, como lo había mandado Moisés, conforme a la palabra de Jehová.
(1 Crónicas, 15:2-15)

En la ciudad de Tampa, el Señor nos llevó a hablar en la iglesia Manantial de Vida, sobre: QUE NO TE ROBEN LA PALABRA, porque la palabra de Dios, y no solo a los neófitos,  está siendo robada y sustituida en su Iglesia por palabras de hombres,  ya que se da más importancia a revelaciones de supuestos apóstoles y profetas,  que al evangelio de Jesucristo. Para ello nos basamos en la parábola del sembrador:

Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron….  (Seguir leyendo)   (Marcos, 4:3-8)

Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?
El sembrador es el que siembra la palabra.
Y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones….
(Seguir leyendo)  (Marcos, 4:13-20)

Finalmente llegamos a Miami y en la iglesia La Nueva cosecha,  pastoreada por Javier Álvarez, sentimos compartir el mensaje: PORTADORES DE SU GLORIA al ser esta una iglesia misionera, con la responsabilidad de portar y dar a conocer la Gloria de Dios, allá donde no se conoce:

Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. (Juan, 17:20-22)

Un día después, celebramos con los hermanos de Miami y con nuestros amigos de Kissimmee, Rabelo y Yeinei, Acción de Gracias, para regresar a España al siguiente día, confirmándose por la noticias recibidas de Estados Unidos, que no sólo se trató de unas pequeñas vacaciones, que también lo fueron, sino que el Señor quiso utilizarnos, para dejar algo en su nombre en los lugares que nos recibieron.

El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 
El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa. 
(Mateo, 10 40-42)

 

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

 

 

3 comentarios sobre “Reseña ( y algo más) de un viaje.

  1. Buena reseña. Creemos que Dios les permitirá regresar y con nuevos planes, pero esta vez vuestro viaje ha sido de bendición a muchas personas. Un abrazo.

  2. Hace unos años buscaba una iglesia al llegar a Villajoyosa, encontré por Internet al pastor Antonio, llamé a muchos teléfonos y fue la iglesia de Antonio y Ana una gran bendición y regalo para mi del Señor. Estoy segura que Dios los usa con poder en todos sus caminos.

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