El corazón.

 

 

…..Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón. (Salmos, 69:32)

La Palabra de Dios nos enseña tantas cosas sobre el corazón, que en ocasiones no le llegamos a prestar toda la atención que requiere y que nuestro corazón se merece. Me refiero al corazón de la carne. A ese músculo, del tamaño de un puño aproximadamente, que nunca descansa ni deja de hacer su función, porque en caso de hacerlo…….

Sabemos que del corazón espiritual, mana la vida espiritual, pero olvidamos que el que mantiene la vida física, es el corazón de carne. Por lo tanto sería bueno tener en cuenta lo que nos dice el Señor en todo el sentido de la palabra, sobre el corazón: Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. (Prov. 4:23)

Encontramos en la Biblia recomendaciones para como mantener correctamente nuestra vida espiritual, e intentamos seguirlas al pié de la letra; pero no prestamos la debida atención a las recomendaciones que nos hace el Señor, sobre como mantener la vida física en condiciones, olvidando que (todo) nuestro cuerpo, es templo del Espíritu Santo, (1ª Cor. 6:19)  y que no todos los alimentos que ingerimos son los adecuados, para mantener nuestro corazón en óptimas condiciones y ayudarle en su función.

Así que, si el Señor se preocupa tanto de nuestra vida espiritual, como de la física, lo conveniente y lo lógico sería que nos preocupásemos nosotros también. (1ª Tesa. 5:23)

 

¿Podrías pensar en ello?

 

 

 

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