El Gozo del Perdón

 

 

Toda la escritura es inspirada por Dios y útil para cada uno de nosotros; incluso aquella que contiene preceptos que no estamos dispuestos o no podemos aceptar. (2 Timoteo 3:16-17)

Uno de los preceptos que menos nos atraen es: el de pasar por alto las ofensas que nos infrinjan, a pesar de que el Señor desea que lo hagamos.(Proverbios 19:11) Y lo desea debido a que, quien anhele alcanzar algo de Dios, ante todo, debe perdonar.

MI EXPERIENCIA

Hace años, en mi juventud, tuve un amigo al que me unía una buena amistad, éramos vecinos y crecimos juntos.

Solíamos, una vez pasada la barrera de los 20 años, ir los domingos a la cafetería de moda de nuestra pequeña localidad; allí nos reuníamos todos los chicos y chicas para conversar y pasar la tarde festiva.

Un domingo, como de costumbre me dirigí a dicho establecimiento para encontrarme con mi amigo, pero mi sorpresa fue mayúscula, al saludarle, y sin ningún motivo aparente, comenzó a insultarme y a menospreciarme, avergonzándome delante de todos nuestros amigos.

Mi reacción fue agredirle físicamente, pero me contuvieron y así quedó todo.

La semana siguiente, se dirigió a mí con intención de disculparse, alegando que había tomado algunas copas y que no era consciente de sus actos.

No acepté sus disculpas, es mas no volví a dirigirle la palabra, rompiendo así de una manera definitiva nuestra amistad.

Al ser la nuestra una pequeña localidad, nos encontrábamos frecuentemente por la calle, y al verle, inmediatamente cruzaba a la otra acera; seguía sin querer nada con él.

Al cabo de unos años, siendo ya esposo y padre, el Señor vino a mi encuentro cambiando mi vida y por supuesto mi forma de pensar, planteándome seriamente entrar a su servicio.

Fue tal el cambio, que cada vez que me encontraba con el amigo de mi juventud, algo en mi interior se avergonzaba de mi actitud, me sentía mal, tan solo por verle; mal y avergonzado.

Conocía ya bastante bien lo que decía la Palabra de Dios, en cuanto al perdón, pero no quería humillarme ante al que tan injustamente me había tratado. Pero un día, en una estrecha calle, me topé de frente con él; íbamos en dirección contraria, cada uno por un lado distinto de la calle, entonces sentí en mi interior algo que me decía tajantemente, “pídele perdón,” no quería hacerlo, pero no pude resistirme, así que, tragándome mi orgullo, me dirigí hacia él cruzando la distancia que nos separaba; al ver él mi intención, pasó al lado contrario y, al ir yo en su busca, me esperó desafiante y tenso, retándome con la mirada.

Me paré ante él, reconocí mi falta pidiéndole perdón por lo que pasó entre nosotros años atrás, él mirándome extrañado, murmuró algo que no llegué a entender totalmente, y alzando sus hombros se marchó sin más.

En ese mismo momento sentí que algo se rompía en mi interior, desapareciendo una carga que durante muchos años había llevado, pudiendo experimentar al instante, el gozo del perdón. Algo que el Señor había deseado que yo sintiera tiempo atrás, pero por la dureza de mi corazón no había podido ser posible. Que absurdo es conocer la voluntad de Dios y no hacerla, cuantas bendiciones y cuanto tiempo perdido.

Fue sorprendente como el Señor en cuestión de segundos, sanó una herida que impedía mi correcta relación con Él.

Tuve que pedirle perdón a algunas personas mas, porque el Señor estaba tratando conmigo sobre ese tema en particular, sobre mi falta de perdón y mi indiferencia hacia los demás.

El Señor tuvo que mostrarme lo importante que es perdonar para ser perdonado, según está escrito: Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. (Mateo 6:14-15)

Esta lección magistral del Señor, me ayudó a ver las cosas desde otra perspectiva, desde su perspectiva, ya que yo quise que fuera mi Salvador, Señor y Maestro.

El perdón es, la remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación contraída y aún pendiente.

 

Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.

 

 

Un comentario sobre “El Gozo del Perdón

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.