Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. (Gén. 2:15-18)
Una vez, que el Señor comisionara al hombre para que labrase y guardase el huerto de Edén, y le mandase que no comiera del árbol de la ciencia del bien y del mal, “entendió” que no era bueno que el hombre estuviera solo, decidiendo hacerle una ayuda idónea para él.
No cualquier tipo de ayuda, pensó el Señor, sino una ayuda exclusiva para el hombre.
Pero, ¿Qué podemos entender como ayuda idónea? Sabiendo que para el Señor, fue la mujer que hizo a partir de una costilla del primer hombre. (Gén. 2:21-24)
Pues veamos:
En uno de los diccionarios consultados, se define ayuda como: Acción que una persona hace de manera desinteresada por otra parar aliviarle el trabajo, o para que consiga un determinado fin, o para paliar o evitar una situación de aprieto o riesgo que le pueda afectar, etc.
Y la definición en el mismo diccionario que se nos da del adjetivo idóneo, es: Que reúne las condiciones necesarias u óptimas para una función o fin determinados.
Por lo tanto, la ayuda idónea en la que pensó el Señor, al crear a Eva para Adán, parece ser, basándonos en las definiciones transcritas, lejos de cualquier jactancia y de entender (Dios me libre) los designios y los pensamientos de Dios, cosa que no es así, sino todo lo contrario, fue la de una mujer (varona) que reuniendo las condiciones necesarias (idóneas) colaborara desinteresadamente con el hombre (varón) para conseguir juntos, de igual a igual, pero con las diferencias físicas, sexuales y emocionales entre ellos, que el Creador estimó convenientes, y que además vio que era muy bueno, para poder llevar a cabo con total eficacia y efectividad, lo que este, les había encomendado. (Gén.1:31)
Y si el Creador dijo que era bueno y bueno en gran manera, ¿Quién soy yo para opinar lo contrario?
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.(Gén. 1:27-28)
Así que, amén y amén.
Precioso …
Que bonito e importante es ser la ayuda idónea.
DEBERÍA SER SIEMPRE ASÍ PORQUE EL SEÑOR LO DISPUSO..