Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con Él. (Juan, 6:66)
Es un hecho por todos conocido, el que algunos que en un principio “le dieron paso” al Señor en sus vidas, se vuelvan atrás.
Situación esta de la que ninguna congregación es ajena. Ocurre en todas partes, incluso le ocurrió a Jesús, tal como nos lo relata Juan en su evangelio.
Generalmente, el volverse atrás, no es por falta de santidad en su entorno, o porque se imparta falsa doctrina, debido a que no ha habido nadie mas santo que Jesús, y con una doctrina más pura que la suya. ¿Verdad? Y sin embargo muchos dejaron de seguirle.
Es simplemente cuestión de obediencia, mejor dicho, por falta de obediencia.
Porque, ¿No es la obediencia el total cumplimento de la voluntad de Dios?
Y muchos, cuando la voluntad de Dios no coincide con la suya, simplemente porque no la aceptan, se vuelven atrás, alegando cualquier cosa o culpando a alguien, para justificarse.
La verdad es que, el que es de Dios, las palabras de Dios oye, y lo demás son historias. (Juan, 8:47)
¿Podrías pensar en ello?
Una realidad, muy bueno y además lo he experimentado varias veces.