Desde el principio, Satanás ha deseado mantener el éxito obtenido en el jardín del Edén, utilizando todos los medios a su alcance. Y algunos de los medios que más suele utilizar para conseguir sus fines, son: la envidia y el orgullo, sobre todo entre hermanos.
La envidia es un sentimiento dañino que hace desear intensamente lo que otro es o posee, llegando a mentir, calumniar, incluso agredir si fuere necesario, para ocupar el lugar de la persona envidiada u obtener el objeto deseado.
El orgullo (en este caso) es un exceso de estimación propia, que hace que la persona se sienta ofendida cuando otros reciben la atención o el trato, que esperaba para ella.
Así que una vez definidas “dos de las armas” más importantes que suele utilizar el adversario para destruir la relación entre hermanos, y en este caso en concreto, entre hermanos en Cristo, para destruir la comunión y hacer el mayor daño posible a la obra de Dios, podemos documentaremos leyendo la siguiente porción de La Palabra de Dios en el libro de Génesis, sobre lo ocurrido (aunque algunos ya lo conocen) entre los dos primeros hijos de Adán y Eva:
Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón. Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.
Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?
Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.
Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra.
Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado.
He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.
Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.
Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén. (Génesis, 4:1-16)
Así que, una vez leída dicha porción de La Palabra, las observaciones a tener en cuenta son las siguientes:
Caín fue el hijo primogénito de Adán y Eva.
Ambos hermanos conocían al Señor, ya que ambos le llevaron ofrendas.
Ve con agrado el Señor la ofrenda de Abel y no así la de Caín.
Caín no está de acuerdo con la actitud del Señor en cuanto a sus ofrendas, molestándole dicha actitud.
El Señor se dirige a Caín, preguntándole por el motivo de su enfado, a la vez que le recrimina, advirtiéndole que con su comportamiento, le está abriendo las puertas al pecado.
Le recuerda además el Señor a Caín, que aún puede dominar el pecado. (Dominamos el pecado cuando nos sujetamos a la voluntad de Dios)
Caín ensoberbecido, no cambia de actitud, dando lugar al diablo, depositando este en él, una semilla de envidia, regada de orgullo, hacia su hermano Abel.
Caín vuelca toda su rabia sobre su hermano Abel, matándole.
De nuevo se dirige el Señor a Caín amonestándole por lo que había hecho.
Caín no se arrepiente de haber dado muerte a su hermano, siendo maldecido por el Señor.
La maldición consistía, en que tendría que vivir lejos de la presencia de Dios; que su conciencia le acusaría hasta el fin de sus días por la muerte de su hermano; no tendría descanso y la tierra aunque la trabajara no produciría lo suficiente.
Detrás de todo, se encontraba Satanás, este vio un peligro en Abel; Caín era un religioso al que podía dominar; no así Abel, que se sujetaba a Dios y hacía todas las cosas conforme el Señor había establecido.
Al morir Abel, ya no había quien presentara ofrendas agradables a Dios, el éxito del maligno parecía total.
Aunque fue un éxito aparente, a su tiempo Adán y Eva, engendraron otro hijo, Set, y de nuevo comenzaron los hombres en la tierra a invocar el nombre del Dios:
Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín. Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová. (Génesis, 4:25-26)
Conclusión:
El espíritu de Caín, es un espíritu religioso y fratricida que induce a ofrendar y a adorar a Dios de manera distinta a la que el Señor desea, sin importarle la forma y los medios a utilizar; está activo y el lugar donde suele encontrarse muy satisfecho es: La iglesia.
Este espíritu es también el causante de la mayoría de las divisiones entre el pueblo de Dios, haciendo que los hermanos se muestren recelosos y desconfiados unos de otros.
Es el responsable de sembrar la semilla de la envidia y del orgullo, alejando el arrepentimiento y el perdón, para que ocupen su lugar el odio y el rencor; confundiendo y distrayendo de esta manera a los hermanos a fin de tenerlos ocupados, mientras se muerden (nos mordemos) unos a otros, para que no se invoque el nombre del Señor, acarreando a consecuencia de esta situación, mucho dolor y sufrimiento, al ser un espíritu (insisto) fratricida.
Intentará además que los verdaderos adoradores, sean desacreditados, hasta llegar, si fuera posible, a aniquilarlos espiritualmente, para que no haya nadie que adore en espíritu y en verdad, como el Señor desea que se le adore.
Así que una vez que conocemos como y donde actúa, y cuales son sus armas, solo nos resta saber como hacerle frente y derrotarle.
Como vencerle:
En primer lugar debemos tener muy claro que el Señor desea una entrega incondicional a Él, sin fijarnos en lo que hacen o dicen nuestros hermanos, ya que cada uno dará cuenta de sus obras delante de Dios. (Juan 21, 19-23)
Que hagamos nuestra, la palabra de Dios, viviendo tal como en ella se nos indica que lo hagamos, amando y tratando a los demás como queremos que nos amen y nos traten. (Fil. 2:3-4)
Que consideremos, cualquier exhortación que se nos haga, cuando esta tenga algo que ver, con nuestra relación con el Señor. (Hebreos, 3: 12-13)
Que la humildad y la modestia ocupen la mayor parte de nuestro corazón, para no dejarle lugar a la soberbia. (1ª Pedro, 5:5)
Que bendigamos a los que Dios bendice. (Génesis, 12:3)
Y que sobre todo, tengamos en cuenta los dos grandes mandamientos:
Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios. (Marcos, 12:28-33)
Porque sin lugar a dudas, al aceptar la voluntad de Dios, será tan real su presencia, que el espíritu de Caín, al no sentirse de ninguna manera aceptado, no tendrá más remedio que alejarse para no volver jamás.
Que el Señor nos dé el discernimiento y la sabiduría necesaria para mantenernos alejados de todo aquello, que Él desaprueba.
Que la Gloria sea siempre para nuestro Dios.
Pastor Antonio Sellés, su meditacion me ha commovido en gran manera, Gracias. Cuanto necesitaba esta interpretación.
Este día, Dios me ha enviado palabra que me anima y da fuerza a mi espíritu; ya que acabo de pasar por un problema que desde mi punto de vista no es problema, pero lamentablemente al querer hacer reflexionar sobre una problemática con sentido del humor, fui llamada ante el consejo de la iglesia donde hirieron mis sentimientos, diciéndome que soy poca grata ante algunos miembros y eso me puso triste y reflexiva. Al pedir el consejo de otro ministro, un ministro de las redes, me dijo: Hermana busque lo que es EL ESPÍRITU DE CAÍN, lo busqué y me doy cuenta que es lo que esta pasando, pues han buscado por muchos medios destruirme a mí y mi familia.
Ahora que sé lo que pasa y sé contra qué voy a luchar en nombre de JESUCRISTO.
Que el Señor la bendiga y la guarde.
Una vez vi un programa de Japón donde una persona tenía dos bocas una normal y la otra detras de su orejas, lo operaron y con exito; yo pienso que así es la señal de Cain para que nadie lo matase, pero en su frente y el que quería hacerlo algun daño la boca le hablaba espantoso verdad? Como el burro que hablo al profeta, como Nabucodonosor le salirono pluma y garras como de aguila comia pasto por 7 años.