Una de las cosas más importantes y necesarias después de la salvación, es: Aprender a orar.
Para todos los que venimos de países de tradición católica, la palabra orar tiene un significado más que desconocido, abstracto; realmente no conocemos correctamente ni su definición, ni su contenido.
La encuadramos a menudo, en el vocablo rezar, que nos resulta más familiar, a pesar que rezar es repetir o recitar una serie de frases hechas o establecidas, por una religión, grupo o sociedad.
Orar es mucho más amplio y extenso que rezar.
Según define el diccionario enciclopédico Plaza & Janés, orar es: El acto de comunicarse con Dios para adorarle, darle gracias o solicitar un auxilio.
Palabra o conjunto de palabras con que se expresa un concepto cabal.
Palabra o conjunto de palabras que revelan un propósito inteligible, es decir comunicativo.
Así que podíamos decir que orar es, dirigirse o comunicarse con Dios de una manera cabal, expresando una necesidad determinada, para una situación extraordinaria, o quizá también ordinaria.
Simplificando la cosa, orar es hablar con Dios, de todo lo que nos concierne; de nuestros planes, de nuestros sueños, de nuestras ilusiones, de nuestros triunfos, de nuestros fracasos, de lo que nos gustaría, de lo que no nos gustaría, etc.
De saber de Él, de sus planes, de su voluntad, de su sabiduría, de su poder y majestad, y de tantas cosas que se pueden hablar con Él.
Cuando Jesús comenzó su ministerio y escogió a sus discípulos, estos eran como él lo era, judíos.
Todos ellos habían sido instruidos en la ley de Moisés desde su niñez, según uno de los preceptos de esta ley; participando en cada una de las ceremonias y ritos mosaicos. (Deuteronomio 6:6-7)
También habían aprendido a orar.
Al acompañar a Jesús, observaron que a su maestro no le gustaba orar en público como hacían los religiosos de la época; él solía retirarse y buscar un lugar solitario para orar.
Se dieron cuenta también, que cuando su maestro Jesús oraba, ocurrían cosas asombrosas, cosas inimaginables y desconocidas hasta entonces para ellos; gente sanada de todo tipo de enfermedades; muertos que resucitaban; ciegos que veían; cojos que andaban; mudos que hablaban: sordos que oían; demonios que salían; y sobre todo, que el poder, la gloria y las maravillas de Dios, se manifestaban.
No es de extrañar, que estando Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
Señor, enséñanos a orar.………. (Lucas 11:1)
Deseaban algo nuevo y fresco para su vida, necesitaban comunicarse con su creador, esperaban ser utilizados por Dios; ya que, habían llegado a conocer a través de nuestro Señor Jesucristo, el poder de la oración.
Hoy, igual que ayer, necesitamos que nuestro maestro Jesús, nos enseñe a orar.
Para atraer por medio de la oración, el reino y el poder de Dios a la tierra; para salvar, para sanar y para liberar.
Y para esto, no solo es suficiente estar dispuesto; debemos aprender y llegar saber orar, como enseñó a los primeros discípulos, nuestro maestro y Señor Jesús.
Porque según dice la palabra……
Todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis… (Mateo 21:22)
Y
…….. La oración eficaz del justo puede mucho. Santiago, (Santiago 5:16)
Así que, el Señor Jesús, ante la petición que le formularon, dijo a sus discípulos:
Cuando oréis decid…….
Padre nuestro que estás en los cielos,
Debéis dirigiros a Dios sin ningún tipo de temor, como a un padre; con confianza, sabiendo que está ahí para cuidar de vosotros y protegeros, que va a escuchar todo lo que tenéis que decirle; que siempre va a querer lo mejor para cada uno de vosotros; que tiene tiempo, mucho tiempo para dedicaros y ayudaros en vuestra necesidad.
Pero como padre, desea sentirse orgulloso de sus hijos, que le honren en cualquier situación; que sean leales y valientes, que nada ni nadie les haga remover, los principios morales que de Él, han adquirido.
Santificado sea tu nombre.
Su nombre que es poderoso, nunca deberá ser utilizado sin sentido o en vano, sino que siempre será enaltecido y santificado, como está escrito.
Venga tu reino.
Sabéis que yo he venido para establecer el reino de Dios en la tierra; esa debe ser también vuestra misión, establecer el reino de Dios aquí en la tierra; un reino donde impere el amor y la paz, donde la justicia no haga diferencia entre ricos y pobres; donde no haya ningún tipo de violencia o abusos; un reino donde los hombres puedan tratar a los demás, como ellos quieren ser tratados.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Sabéis que la voluntad del Padre no se hace aquí en la tierra, en el cielo si que se hace; a vosotros os parece algo muy difícil hacer su voluntad, pero no es así, es algo muy simple, solamente se trata de obedecer las escrituras; de sujetarse a Él, de dejarle obrar en vuestras vidas y así, conseguiremos que se haga su voluntad en la tierra; recordad siempre que Él es, el Creador
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Pedid por vuestras necesidades materiales, Él las conoce y nunca os defraudará. No dudéis, pedid; ¿Acaso cuando teníamos necesidad de algo, no acudíamos a nuestro padre en la carne? Puede que en ocasiones fueran caprichos, pero acudíamos sin dudarlo a él; ya que la confianza y el sentirnos aceptados y amados, nos hacía ser atrevidos en nuestras peticiones.
Nuestro Padre celestial, conoce muy bien, cada una de nuestras necesidades, no olvidemos que Él nos creó; sabe que necesitamos, alimentos, vestidos y techo; y un montón de cosas más, así que pedid, que hay confianza.
Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben.
Debéis considerar vuestra vida, vuestros fallos ante Él y pedirle perdón, ¡cómo le gusta perdonar a nuestro Padre celestial! Pero ojo, tened en cuenta, que una de las formas de honrarle, es perdonando vosotros a los que os deben u os ofenden.
Porque el perdón ennoblece.
Así que lo que tenéis que hacer, es pasar por alto cualquier ofensa y no tenerla en cuenta, para que cuando vosotros ofendáis o pequéis, ya sea de palabra o de obra, podáis decir: Padre, ya ves que yo perdono a los que me hacen mal, así que te pido que Tú, ahora, también me perdones.
Y no nos metas en tentación,
A la vez que debéis alejaros de todo aquello que durante un tiempo os agradó y os alejó de Dios y que, aún, es posible que os atraiga; si os acercáis, quizá confiando que lo habéis superado, tened mucho cuidado, no sea cosa que seáis tentados, porque el adversario anda a vuestro alrededor, esperando una oportunidad para caer sobre vosotros.
Mas líbranos del mal.
También tenéis que pedirle al Padre una protección especial para que os libre de toda especie de mal; porque cuando más os acercáis a Dios, mas enemigos os creáis.
Él es, el único que puede impedir cualquier maquinación del maligno. Porque suyo es el reino, el poder y la gloria, por todos los siglos. (Lucas 11:2-4)
Si ponéis en práctica estos principios que os he enseñado, tened la seguridad que vuestra relación con el Padre va ir a más cada día; sed pacientes y insistid en ellos. (Lucas 11:9-10)
Él desea daros mucho mas, de lo que vosotros le pedís. (Romanos 8:32)
Aunque……
Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.
Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.
Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. (Juan, 16:12-15, 24)
Que la gloria sea siempre para nuestro Dios.
Pastor Antonio Dios le bendiga cada día más, sepa que compartí este artículo aprendiendo a orar con las mujeres de la iglesia, y fue una bendición tanto para ellas como para mi y esto motivó crear un grupo de mujeres en oración por nuestros niños y jovenes de la iglesia, y aun por los que Dios añada, nos estaremos reuniendo todas una vez al mes para juntas interceder, gracias pastor por compartir con nosotros sus estudios. Muchas bendiciones del cielo para toda su familia y congregación. Les queremos sus amigos del desierto de Arizona. Saludos Yeni Pino